lunes, 31 de mayo de 2004

PALESTINA. EL HILO DE LA MEMORIA

Es sólo un libro pero este hojaldre de páginas es a la vez una clase vigorosa de periodismo impartida por Teresa Aranguren. De principio avisa, sin tapujos, “El testigo del drama está en el drama...no creo que pretender ser distante y aséptico sea condición de objetividad y verdad”. Escribir es mirar el mundo desde un particular caleidoscopio, componer desde la mirada propia, una de tantas. La pretensión de objetividad es un ejercicio de cinismo retórico que esconde la individualidad del ángulo de visión de quién escribe. Teresa, al contrario, marca su territorio, sale a la calle casi a cuerpo, pertrechada sólo con el poder de la palabra. De la palabra escrita, de la que no se lleva el aire, de la que demanda permanecer; palabras revestidas con tanto orgullo como las personas, no personajes, que habitan en las páginas del libro.