martes, 23 de junio de 2020

COMO PÁJARO EN LA JAULA

Unos situaron los hechos en la provincia de Huelva; otros, en Arcos de la Frontera. El caso es que al poco de producirse, los ecos del rumor habían hecho fortuna: todo el mundo de un área cada vez más extensa conocía la historia. El corregidor de la zona pretendía a la esposa del molinero. Con la arrogancia de su posición, él se le declaró. A ella le sedujo la propuesta, pero se interponía, ¡ay!, un obstáculo insalvable: el temor a que su marido les pillase. El corregidor entonces urdió un plan. Con el marido a oportuna distancia, el encuentro se produjo. Como no podía ser todo tan sencillo, apareció un personaje que alertó al molinero apremiándole para que fuera a su casa. Al llegar y ser consciente de la situación, inhibió su deseo de venganza. Rumió otro estilo de desquite. Se vistió con la ropa del potentado y, amparado en la oscuridad, se hizo un sitio en el hueco de la cama que había dejado libre el hombre que yacía con su esposa.