jueves, 22 de noviembre de 2012

PAISA, PAISA, ESPAÑA BARATA


El Marqués de Villena levanta la copa. Comparte mesa con Pedro Girón y el arzobispo Gordillo que le acompañan en el brindis. A menos de cien km., también en un palacio, se produce una escena similar. Aquí el que levanta primero el vino es Enrique IV de Castilla y los que le siguen son Beltrán de la Cueva y Diego Hurtado de Mendoza. Con las copas al aire, brindan todos: ¡¡¡Por Castilla!!! Se aprestan a disputar una partida de ajedrez en la que las piezas son los habitantes de sus dominios. Castilla se desangra.  Muchos mueren en el campo de batalla, todos sufren las hambrunas que siempre suceden a las guerras. Ellos, los principales, están a salvo mientras desangran Castilla. Hemos podido ver estas imágenes recreadas en la serie televisiva ‘Isabel’.
Castilla, para los que brindan, son ellos, sus intereses, una bandera en la que se envuelven, un enemigo para justificar su avaricia, un pueblo obligado. Lo llaman patria pero la venden en cuanto encuentran ocasión, se erigen en adalides pero solo defienden lo suyo. No hace tanto, lo recordamos, llegaron a España miles de personas en busca de un futuro, traían sus manos prestas para trabajar y se les negaba el pan y la sal. Conseguir el permiso de residencia, el salvoconducto para entrar por las puertas de la ciudadanía, era un imposible si antes no se conseguía un contrato de trabajo. Ahora, los que se llenaban la boca hablando de las esencias quieren ponerlo más ‘fácil’, se regala comprando un piso por más de 160.000 euros: “Paisa, paisa, España barata”. La soberanía ya la vendieron, los pisos, ya mismo, también.
Enrique IV Rajoy y la banca Villena no necesitan escenificar ningún desencuentro, brindan todos juntos por esas medidas que pretenden aumentar la demanda para no abaratar la oferta. Tras la puerta alzan las copas: ¡¡¡Por España!!! Mientras, los españoles pagan las consecuencias de tamañas imposturas propiciadas por de los que se definen a sí mismos como patriotas y según van cayendo por el precipicio se lamentan recordando aquel viejo chiste: ¡Por gilipollas!

Publicado en "El Norte de Castilla" el 22-11-2012