jueves, 11 de febrero de 2016

EMPATE A CACHIPORRAS

Hemos escuchado muchas veces eso de que la realidad supera a la ficción; pero de tanto en tanto, ambas coinciden en el mismo escenario y la cosa concluye con un empate tan cerrado que en ese enfrentamiento costaría distinguir la una de la otra. En la ficción, unos titiriteros  –con mejor o peor fortuna- pretenden mostrar cómo se criminaliza la disidencia; en la realidad, se representa la misma obra y, en este caso, son los titiriteros disidentes los criminalizados. En la ficción, unos títeres de cachiporra; en la realidad, cachiporra a los titiriteros: cachiporra, sí. No es que Raúl García y Alfonso Lázaro hayan pasado un par de noches en la cárcel, es que se les ha atizado de lo lindo. ¿La excusa? La de siempre, la pieza favorita de cualquier poder que se precie: relacionar todo lo que se menea con el terrorismo. Si sirve de información, añado que a principios de los noventa también me tocó beber un poco de ese licor.