Las copas se alzan y alguien grita ¡salud! Alguien presente en el
brindis asiente y añade ¡dinero y amor! Esas tres palabras dan título a un
clásico bolero que remarca que son la base sobre la que se asienta la
felicidad, tan es así que quien tenga la suerte de poder gozarlas al mismo
tiempo debe dar gracias a Dios. La banda de rock Los Rodríguez no quiere ser
menos y otorga el mismo título a una de sus composiciones en la que descorcha
una botella de vino para brindar por los buenos viejos tiempos en los que
derrocharon las tres, ahora, sin ninguna, ese recuerdo es el mejor homenaje o,
en todo caso, la única forma de disfrutar un presente sin otro asiento que la nostalgia.
Al fin y al cabo cuando falla alguna de ellas parece que todo se desmorona
alrededor, que toda la fuerza que creímos tener se cimentaba con esas tres
bases: una salud que nos permite levantarnos cada mañana con ganas de poder con
el mundo, el dinero suficiente para que no haya espacio en la cabeza para
pensar en su ausencia y amor concreto o difuso, personas que te quieran y que
quieran ser queridas, un entorno afectivo que impida la sensación de soledad en
un mundo lleno de gentes que transitan a tu lado a las que pareces no importar,
a las que, de hecho, no importas.
Blog sin más pretensión que la de poner un poco de orden en mi cabeza. Irán apareciendo los artículos que vaya publicando en diversos medios de comunicación y algunas reflexiones tomadas a vuelapluma. Aprovecharé para recopilar artículos publicados tiempo atrás.