Escribí el 23 de enero que Raúl no
había aparecido desde el final de la Eurocopa. Quizá el fallo del penalti ante
la selección francesa, quizá el verse desplazado del papel de estrella
principal, quizá... En
cualquier caso apareció y de que manera. Se cargó al equipo encima, dijo
“vamos” y reivindicó para si los elogios que el impacto mediático del fichaje
de Luis Figo le había usurpado. Habló donde hay que hablar demostrando que se
puede ser decisivo sin la fuerza de Ronaldo, la fantasía de Romario, la
exquisitez de Maradona, el regate de Figo, la omnipresencia táctica de Redondo
o la fuerza física de Mauro Silva. A base de astucia, intuición y coraje ha
sabido ganarse un espacio entre los más grandes que, por calidad técnica, no le
correspondería. Tiene
las virtudes del superviviente en un mundo venerador de la comodidad, chico de
barrio marginal entre pijos.
Predestinado al talco blanco lo ha sustituido por la droga del éxito.
Apareció, ¡vaya si apareció!
Blog sin más pretensión que la de poner un poco de orden en mi cabeza. Irán apareciendo los artículos que vaya publicando en diversos medios de comunicación y algunas reflexiones tomadas a vuelapluma. Aprovecharé para recopilar artículos publicados tiempo atrás.
martes, 29 de mayo de 2001
martes, 22 de mayo de 2001
EL AZAR
Desde el
momento que un espermatozoide (de los infinitos millones posibles) fecunda un
óvulo (tenía que ser precisamente ese) y se pone en marcha la maquinaria que
nos trae a la vida, no se puede negar el postulado que dice que lo más
importante que nos ocurre está íntimamente vinculado al azar. Pregunten sino a
César, el portero que mamó fútbol al ladito mismo del Pisuerga. Ficha por el R.
Madrid quien decide, para abaratar el coste, que permanezca un año más en el
Pucela y estirar las posibilidades de Illgner. Pero hete aquí que éste se
lesiona, Bizarri no cuaja y surge, inesperadamente, Casillas. Pasado el año
Cesar tiene que ver los partidos desde el banquillo pensando que de haber
llegado al Bernabeu cuando le ficharon él sería el inquilino de la portería del
Madrid y de la selección y Casillas luciría sus estiradas en los campos del
Toledo o del Fuenlabrada. El azar designa rutas pero César está demostrando
que, con conciencia, trabajo y perseverancia, se le puede doblegar aunque cueste
tiempo.¡Cuantos injustos designios del azar nos quedan por doblegar!
viernes, 18 de mayo de 2001
VERDAD ABSOLUTA
Seguramente usted se haya percatado de
un hecho que, a fuerza de repetirse, se cuela de rondón entre los fenómenos
comunes e inocuos: el uso de la bandera rojigualda en el Estadio Santiago
Bernabéu. Son una parte del madridismo, portadores de un espíritu prepotente, uniformador y hegemonizador que
ha llevado a una asimilación de lo pretendidamente común como icono de parte.
Confunden su sentimiento con la verdad absoluta y no pueden comprender que alguien
no lo comparta. Marcan, pues, la barrera entre “buenos y malos”, expenden
certificados de españolismo. Son hijos de una tradición de la derecha hispana,
que ante la anuencia de la izquierda, han tejido un discurso que presenta a
España como unidad de destino,
monocromática, en el que la pluralidad se les escapa como la arena de la mano
de un niño. Su sensación de infalibilidad les lleva a menospreciar lo
discrepante por erróneo de partida y su único corolario es el triunfo. Y como
sus corifeos les adulan babosamente llegan a creerse su profecía y no asumen la
derrota. Esto explica la cara que se les ha quedado tanto a Del Bosque como a
Mayor Oreja.
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