martes, 29 de mayo de 2001

RAÚL APARECIÓ

Escribí el 23 de enero que Raúl no había aparecido desde el final de la Eurocopa. Quizá el fallo del penalti ante la selección francesa, quizá el verse desplazado del papel de estrella principal, quizá... En cualquier caso apareció y de que manera. Se cargó al equipo encima, dijo “vamos” y reivindicó para si los elogios que el impacto mediático del fichaje de Luis Figo le había usurpado. Habló donde hay que hablar demostrando que se puede ser decisivo sin la fuerza de Ronaldo, la fantasía de Romario, la exquisitez de Maradona, el regate de Figo, la omnipresencia táctica de Redondo o la fuerza física de Mauro Silva. A base de astucia, intuición y coraje ha sabido ganarse un espacio entre los más grandes que, por calidad técnica, no le correspondería. Tiene las virtudes del superviviente en un mundo venerador de la comodidad, chico de barrio marginal entre pijos.  Predestinado al talco blanco lo ha sustituido por la droga del éxito. Apareció, ¡vaya si apareció!

martes, 22 de mayo de 2001

EL AZAR



Desde el momento que un espermatozoide (de los infinitos millones posibles) fecunda un óvulo (tenía que ser precisamente ese) y se pone en marcha la maquinaria que nos trae a la vida, no se puede negar el postulado que dice que lo más importante que nos ocurre está íntimamente vinculado al azar. Pregunten sino a César, el portero que mamó fútbol al ladito mismo del Pisuerga. Ficha por el R. Madrid quien decide, para abaratar el coste, que permanezca un año más en el Pucela y estirar las posibilidades de Illgner. Pero hete aquí que éste se lesiona, Bizarri no cuaja y surge, inesperadamente, Casillas. Pasado el año Cesar tiene que ver los partidos desde el banquillo pensando que de haber llegado al Bernabeu cuando le ficharon él sería el inquilino de la portería del Madrid y de la selección y Casillas luciría sus estiradas en los campos del Toledo o del Fuenlabrada. El azar designa rutas pero César está demostrando que, con conciencia, trabajo y perseverancia, se le puede doblegar aunque cueste tiempo.¡Cuantos injustos designios del azar nos quedan por doblegar! 

viernes, 18 de mayo de 2001

VERDAD ABSOLUTA

Seguramente usted se haya percatado de un hecho que, a fuerza de repetirse, se cuela de rondón entre los fenómenos comunes e inocuos: el uso de la bandera rojigualda en el Estadio Santiago Bernabéu. Son una parte del madridismo, portadores de un espíritu  prepotente, uniformador y hegemonizador que ha llevado a una asimilación de lo pretendidamente común como icono de parte. Confunden su sentimiento con la verdad absoluta y no pueden comprender que alguien no lo comparta. Marcan, pues, la barrera entre “buenos y malos”, expenden certificados de españolismo. Son hijos de una tradición de la derecha hispana, que ante la anuencia de la izquierda, han tejido un discurso que presenta a España como unidad  de destino, monocromática, en el que la pluralidad se les escapa como la arena de la mano de un niño. Su sensación de infalibilidad les lleva a menospreciar lo discrepante por erróneo de partida y su único corolario es el triunfo. Y como sus corifeos les adulan babosamente llegan a creerse su profecía y no asumen la derrota. Esto explica la cara que se les ha quedado tanto a Del Bosque como a Mayor Oreja.