jueves, 30 de marzo de 2017

LOS PROFETAS DEL CAOS

El miedo evita el miedo. El temor a los otros, el conocernos demasiado bien a nosotros mismos, ha sido uno de los pilares sobre los que se ha ido asentando el edificio de la convivencia. Nos aterroriza la posibilidad de sufrir en nuestras carnes lo que sabemos que seríamos capaces de realizar si nos encontrásemos en un contexto adecuado. Ese miedo provoca un acuerdo, no hacer para no recibir, que tranquiliza las calles, armoniza la vida en común, relaja el ánimo y, por fin, espanta el miedo. Cuando sentimos que ese pacto quiebra, el miedo regresa y penetramos en un túnel que nos traslada a otra dimensión, a otros tiempos. Cada noticia de un atentado en cualquier ciudad europea nos introduce en ese territorio oscuro. Si a uno le sucede otro y otro, se extiende un pánico difuso por injustificado que sea desde la perspectiva estadística. Más aun si la muerte es anónima, casual y se disfraza de cotidianidad.  

domingo, 26 de marzo de 2017

NASTI DE PLASTI


Alucina, vecina. Para flipar en colores. Llegas crecidito, partiendo la pana por el subidón de haber ganado fuera aunque fuese de chorra y toma jeroma pastillas de goma: el Nastic te da ‘pal’ pelo. Efectiviwonder, nos las prometíamos muy felices, dábamos por cerrada la crisis, mirábamos de nuevo para arriba. Guay del Paraguay. Con la defensa de cinco, el padre Herrera parecía haber descubierto el truco del almendruco. A los pocos minutos de que el árbitro diese el OK Makey, parecían confirmarse los mejores presagios, el Pucela estaba jugando dabuten. Los de Tarragona, qué nivel, Maribel, no daban dos pases seguidos medianamente bien. Por el contrario, ver como movían el balón los centrocampistas pucelanos molaba cantidubi, el gol llamaba a la puerta, habría de llegar pronto. Y llegó, pero fue en contra. Incrédibol. Un balón cruzado sin aparente peligro, del que los defensas, el uno, el otro, maroto y el de la moto, pasan porque Becerra sale como diciendo «esta es ‘pal’ menda lerenda» pero nanay de la china, no logra atajarlo y hasta luego Lucas. El central visitante Perone se encontró con toda una portería para él y, oye, debió pensar, voy a meter la pelotita dentro. Este año, vaya usted a saber por qué, el portero local tiene más peligro que una piraña en un bidé. Demasié pal body de un público tan harto que inmediatamente lanzó un mensaje silbado al portero: «La cagaste, Burt Lancaster». Por si no tenía ya mermada su confianza el bueno de Isaac, esta semana le tocará tragar estopa porque me da que va a haber leña al mono que es de goma.

jueves, 23 de marzo de 2017

VOZ DE ULTRATUMBA

Valdeón-Maíllo. Imagen tomada de salamanca24horas.com
Una infausta tarde del pasado septiembre, Rosa Valdeón, vicepresidenta en ejercicio de la Junta, ‘ex’ de varias cosas más, escribió, sin ser consciente de que lo hacía, la penúltima página de su carrera política. No arruinó su carrera -que al fin y al cabo ahí está, que el pasado no se puede mover- simplemente la truncó. Un golpe de volante fue el prematuro coitus interruptus que le privó del placer de un futuro político que se presagiaba dorado.
Ahora, en plena refriega interna del Partido Popular, cuando siente que podría haber sido ella la elegida, escribe el epílogo con la sangre que mana de esas heridas del alma aún abiertas de par en par. Pasó lo que pasó, no lo niega, pero no todo lo que inmediatamente se publicó que pasó. Así, la última página de su biografía, la diferencia entre uno y otro relato,  fue dictada a sus amanuenses -clama Valdeón- por el coordinador general del PP Fernando Martínez-Maíllo con la delicadeza de quien coloca veneno en un vaso. Cuando el relato real tuvo eco, el cuerpo político de la protagonista ya no era más que un conjunto de restos mortales.

lunes, 20 de marzo de 2017

MOMENTO DE CAMBIO

Hay momentos en la vida en que te cambia la perspectiva. Duran un instante, un apenas nada que te sitúa en otro plano diferente a ese en que, aunque fuese por simple inercia, tú mismo te ubicabas un segundo antes. Una frase sencilla, una imagen fugaz que te atraviesa el cerebro, son suficiente empujón para voltear tu punto de visión. Uno siente que ha dejado de ser un niño ese día que, con trece o catorce años, estás jugando un partido de fútbol sala y alrededor merodean unos mocosos. Hace nada tú eras uno de esos, les miras con cierta displicencia, te sabes mayor que ellos pero sientes que son de tu categoría. De repente, se les escapa la pelota con la que juegan y cae cerca de ti. Uno de los mocosos te avisa: «Eh, señor, por favor, nos puede acercar el balón». Ese ‘señor’ atruena en tu cabeza. Un rato antes tu padre te había reñido por cualquier cosa; ahora se dirigen a ti con un ‘por favor’, tratándote de ‘usted’ y llamándote ‘señor’. Los niños ya no te ven como uno de los suyos, ya no eres uno de los suyos.

jueves, 16 de marzo de 2017

LOS GATOS DE LA TELE

Cuando el escritor gallego Ramón María del Valle-Inclán publicó ‘Luces de bohemia’ se acuñó el término ‘esperpento’ para definir el género literario en el que se encasillaba la obra. Ahora, casi un siglo después, se puede catalogar dentro de este mismo epígrafe a una serie televisiva, ‘La que se avecina’. Desde diversos atrios ha sido tachada de racista o machista debido a algunas de las expresiones que en ella se repiten o al comportamiento de sus personajes. Lo que en ella vemos, sin embargo, es una deformación grotesca hasta llegar a la caricatura de los comportamientos que se repiten en nuestra sociedad. Esperpento, puro. En la serie, ficción sobre ficción, uno de los actores encarna a un actor que a su vez da vida a un médico en un culebrón. Uno de sus pacientes padece el síndrome de Hunterton Recklinghausen. Una enfermedad ficticia pero real en ese culebrón. Llegado un momento de apuro, otro protagonista finge padecer dicho falso mal para recaudar dinero y así hacer frente a un inminente desahucio. Le salió mal, como es habitual. La razón, la propia periodista que concede la entrevista comprueba que todo es una triquiñuela.

domingo, 12 de marzo de 2017

LA CASILLA DE LA CALAVERA

Cuando aún no se presentaba en actos sociales como ‘marqués’, antes, incluso, de haberse incorporado como miembro de pleno derecho al inane mundo del colorín, Mario Vargas Llosa escribió una serie de libros que formarán parte, sin duda, de cualquier antología que aglutine las mejores novelas del siglo XX. A pesar de que la chavalería de la generación de mi hijo le asocie con los protagonistas de las páginas del ‘corazón’, es tan destacada la categoría literaria del autor de ‘La ciudad y los perros’ que en un futuro, cuando él ya no esté, el escritor que fue sepultará a ese personaje construido que ahora refulge en los saraos y, de tanto en tanto, aprovechando el prestigio antaño acumulado, escribiendo lisonjas, reseñas hiperbólicas sobre la actualidad política que le permiten coleccionar los aplausos que le dedican en los cenáculos del poder. Entonces, ya digo, se pasará por alto la paja de sus avatares vitales para centrarse en el grano de la calidad de una obra que trataba, literatura mediante, de encontrar respuesta a los interrogantes que atormentan a una mente lúcida como la suya. Una de esas preguntas, pegada –no podía ser de otra forma– a su realidad más cercana, la de su tierra de origen, servía como motor de arranque de ‘Conversación en La Catedral’, una de sus obras maestras, que publicó  el año mismo en que yo andaba entretenido en nacer, 1969. En su primer párrafo, Mario Vargas Llosa ubica la figura de un meditabundo Santiago Zavala, uno de los protagonistas de las ‘conversaciones’, ante la puerta de un periódico. El hombre, absorto en sus pensamientos, buscaba en el pasado un instante preciso: «¿En qué momento se había jodido el Perú?». Conocido el justo punto, sería más fácil realizar un diagnóstico de la enfermedad y, quizá, solo quizá, encontrar el tratamiento que pudiera poner remedio a los diversos males que asolaban al país andino o, al menos, paliarlos, frenar la hemorragia que desangraba al paciente.

jueves, 9 de marzo de 2017

LOS TRES CAMINOS

Imagen tomada de Diario 16
Cuando se trata de agradecer un favor recibido con solo palabras, ningunas mejores que las que transmiten un buen deseo. En estas tierras de avutardas tenemos una fórmula que nos sirve para estas ocasiones: “Que Dios te lo pague con un buen novio”. Como la expresión es suficientemente añeja ha habido tiempo para acuñar una respuesta que, con cierta sorna, matiza el deseo: “Mejor un buen marido, que de novios todos son buenos”. Este chascarrillo dialogado esconde tras su gracieta una cierta dosis de sabiduría: una misma persona es capaz de mostrar rostros muy diferentes, no solo por los cambios que uno vive a lo largo de los años, sino también por las distintas coyunturas en las que la realidad le sitúa.  

lunes, 6 de marzo de 2017

OLÍMPICAMENTE DESCALZO

Para conocer los orígenes del vocablo ‘atleta’ hay que viajar hasta la antigua Grecia donde encontramos la palabra ‘athlos’ que viene a significar combate o competición. El atleta es, por tanto, la persona que compite frente a otras. Hay quien asocia ese ‘athlos’ con ‘athlon’, premio recibido por los combatientes destacados. Atleta, atendiendo a este par de interpretaciones, podría ser el simple competidor o el que busca el premio material en dicha contienda. Aunque lo cierto es que, en aquellas primeras competiciones, el premio de los atletas que resultaban victoriosos era, nada más y nada menos, la gloria eterna que se simbolizaba en el momento presente mediante la aclamación popular y la coronación con un tocado adornado con motivos vegetales.       

EXTRAÑOS MAMÍFEROS

La primera cuenta de dientes está condenada a una vida fugaz, es su sino. Como los teloneros cuya actuación antecede a la del grupo estelar, preparan, guían y estimulan. Sirven de estación intermedia, aves de paso para que el ambiente se vaya caldeando, para que el cuerpo se adapte a la nueva circunstancia de forma gradual. Un paso que sabemos tan obligatorio como efímero. Esos dientes de leche, dentición decidua que dicen los técnicos, aparece de forma paulatina desde que sobrepasamos la frontera de los seis meses de vida, permanece unos años y, como fueron saliendo, van cayendo empujados por una nueva retahíla dental que va llegando para quedarse.

jueves, 2 de marzo de 2017

LA LEY NO ES IGUAL PARA TODOS

Imagen tomada de httpvoltairevigoblogspotcom.blogspot.com
No corren buenos tiempos para la imagen de la justicia. A pesar de ello, personalmente, confío en los jueces. No en todos, ni por sistema, pero sí en la mayoría de ellos. Lo que no voy a pedir, ni mi ingenuidad me permite pensar, es que exista en el gremio un alto porcentaje de aspirantes a héroes. Los hombres y mujeres que firman sentencias saben a qué se enfrentan y dónde están sus límites.