¡A la calle! que
ya es hora
de pasearnos a cuerpo
y mostrar que, pues vivimos, anunciamos algo nuevo.
y mostrar que, pues vivimos, anunciamos algo nuevo.
Estos
versos que están arrancados de España En Marcha, de Gabriel Celaya. Siempre se
entendieron como el fin de una arenga en la que se reclamaba dejar la comodidad
de la casa y pisar el asfalto uniendo esfuerzo al de otros. Digamos que se
leían en el sentido literal, donde el poeta escribió calle, se leía calle. Pero
leídas y releídas, saboreadas y deglutidas, en cada letra hay un grito que
reclama valentía y superación, en las más difíciles acepciones de ambos
términos. Pide el poeta que se elija fracasar, si hay que fracasar, pero
habiéndolo intentado. En esencia, que no esperemos, que vayamos a buscar. Solo
en este contexto tienen sentido versos posteriores: “digo que seremos mucho más
que lo sabido, los factores de un comienzo”.