Supongo que nuestros antepasados homínidos, antes de
desarrollar el habla, utilizaron los dedos para transmitir información contable.
El desarrollo de la capacidad numérica ha sido imprescindible para que el
sapiens se adueñara del planeta, para que la historia sea la que es. Con los
números pudieron tener una idea cabal de lo que les rodeaba para transmitir una
información más económica y precisa al resto de los paisanos.
Si la cuenta se refería a los mamuts, resultaba sencillo. Tres son tres y cinco son cinco. Pero las distancias, los volúmenes, requerían otro paso en la abstracción: definir y consensuar en cada comunidad las unidades de medida. Cuando la comunidad fue el planeta, hubo que adecuar medidas válidas universalmente y así el metro o el litro sustituyeron al pie y la vara o a la fanega y el celemín.