sábado, 11 de enero de 2014

LA BOINA DE ANICETO

Como en años anteriores, mi amigo Aniceto (que no, que no fabulo, juro que se llama así) comió las doce uvas en un refugio cercano a la Laguna Grande de Gredos. El primer día del año, por cosa de las malas condiciones meterorológicas, no pudo culminar la costumbre: hincar el diente al Almanzor. No obstante, a pesar de esta actitud precavida, Aniceto no pudo evitar, le cito, ‘un hecho trágico: mi boina ha caído en acto de servicio (una ráfaga de viento que...)’. Ernesto, presente en la conversación, puso cara de pesadumbre y le respondió con no menos sorna: ‘Siempre se van los mejores’. Y me acordé , como cada vez que la escucho, que esta frase es la misma que digo en alto cada vez que llega a mis manos un ejemplar de la revista El Jueves y veo que ya no están las ‘Historias de la puta mili’ en las que el fallecido Ramón Tosas ‘Ivá’ narraba con ironía y mordacidad las aventuras milicianas de un grupo de zagales.