martes, 12 de septiembre de 2023

LAS PÁGINAS DE LOS ÚLTIMOS FICHAJES

Supongo que aún existen colecciones de cromos de la liga de fútbol. En el pretérito (casi) perfecto en que fui niño me afanaba por completar la colección, pero no me resultaba sencillo, mi presupuesto era demasiado exiguo y entraban muchos 'repes' que tocaba cambiar mediante aquella liturgia que dividía los que te ofrecían en 'silo' (tengo) y 'nolo'. Un año estuve a punto de lograrlo, solo uno se me resistió, el del chileno Carlos Caszely, a la sazón jugador del (entonces) Español.

Según escribo su nombre me percato del casual sentido de la oportunidad, se cumplen cincuenta años de la noche que ensangrentó las calles de su Santiago natal; a la mañana, el medio siglo de que las ondas emitidas por Radio Magallanes certificasen el testamento de Salvador Allende: «Estas son mis últimas palabras y tengo la certeza de que mi sacrificio no será en vano». Noche oscura para un Caszely erigido en defensor del gobierno derrocado.

SIN COBERTURA

Una pequeña fábula india relata como media docena de ciegos, intrigados por la fascinación que los elefantes producían a los videntes, pretendieron percibir de primera mano la majestuosidad del paquidermo. Efectuadas las correspondientes pesquisas, lograron encontrar uno, acercarse a él y palparle con tanto denuedo como tersura. “Es tal cual una serpiente”, gritó emocionado el que agarró la trompa. “No, no, se asemeja a un abanico gigante”, refutó quien acariciaba la oreja. “De ninguna manera, resulta ser como una columna, quizá un tronco de árbol”, agregó el que abrazaba una de las patas. “Una pared”, cortó tajante el que se apostó en el lomo. “Yo diría que se trata una cuerdecilla”, susurró tímidamente el que sujetaba la cola. “Dejaos de tonterías y tened cuidado, es una fría lanza”, alertó el sexto nada más tentar un colmillo.