La ciencia ficción tiene tanto de ficción como poco de
ciencia. Lo que en los productos de este género se narra se sustenta en la pura
especulación, nada de lo que se aparta de la materialidad científica actual
está testado ni sujeto a método alguno. La solidez de los relatos depende
únicamente de la verosimilitud que el autor sea capaz de transmitir. Dentro de
este ámbito, me resultan especialmente interesantes las distopías, las obras
cuyo ámbito de especulación son las realidades potenciales. Y entre ellas, las
que escritas antaño, relatan hogaño: las que nos permiten comparar el grado de
coincidencia entre la realidad y lo ficcionado.