domingo, 29 de enero de 2012

MEJOR COMER QUE PRESUMIR

Ha sido como volver a casa tras mucho tiempo viviendo fuera de ella. Había habido otras visitas pero teníamos el gusto maleado y el alma distraída por lo que nos habían vendido como moderno.
Algunos, no pocos, se han convertido en émulos de Hamlet y, calavera en mano, se revuelven contra el cielo sustituyendo “el ser o no ser, he ahí el dilema” por un más prosaico “tenía y ya no tengo, he ahí el problema” y continúan “nunca llegué a pensar que me vería en estas”. Hijos que después de creerse, porque lo son, adultos, han tenido que volver a la casa de la que se fueron. Clases medias que se miraban al espejo viéndose un poco más altas y ahora comparten espacio en los comedores sociales con los mismos a los que hace no tanto culpabilizaban de su situación, de los que huían sin darse cuenta de que eran parte de lo mismo.