jueves, 4 de enero de 2018

LIBERTY VALANCE Y EL RESPETO ANIMAL

La ética no es un absoluto ni se muestra inmutable, por lo que en paralelo coexisten varias y estas varias pueden ir perfilándose en función de los cambios sociales que inexorablemente se producen. A pesar de ello, ciñéndonos a un determinado lugar y a una época concreta, es habitual que se consolide un núcleo ético socialmente compartido. Como consecuencia, el carácter dialéctico de la ética siempre arrastra a momentos en los que a un determinado respecto existen dos visiones antagónicas: una previa en declive y otra que va permeando por los diversos ámbitos de la sociedad. Una situación de conflicto que reflejó con maestría John Ford en su película ‘El hombre que mató a Liberty Valance’. En ella asistimos al enfrentamiento entre Ransom Stoddard, un abogado, furibundo defensor de la ley como instrumento para conseguir la paz social, y Tom Doniphon, un buen tipo que no desdeña el uso de la violencia como medio para alcanzar ese mismo objetivo. El mal, para ambos, es el mismo: la banda de forajidos liderada por Liberty Valance’.