jueves, 30 de abril de 2015

GANAR ¿PARA QUÉ?

Amundsen y Scott habían pugnado por ser el primer hombre en dejar su huella en el Polo Sur. Es de suponer que ninguna de las personas que formaron las expediciones desconocía las dificultades que habrían de encontrarse. Apsley Cherry-Garrard, uno de los integrantes de la expedición de Scott, las describe en su libro ‘El peor viaje del mundo’: “Prácticamente todos los hombres que emprenden viajes de gran envergadura por el polo deben plantearse la posibilidad de suicidarse para salvar a sus compañeros…”. Cuando la expedición de Scott llegó al punto deseado en enero de 1912 lo primero que hicieron fue observar las huestes de Amundsen que ya estaban allí. El viaje, sin embargo, sería de gran utilidad porque, a diferencia de los noruegos, los de Scott, más allá del reto competitivo, tenían en mente otros objetivos de índole científica. Habían perdido, pero, al fin y al cabo, perder y ganar son dos verbos igualmente estúpidos si no van acompañados de un para qué.