lunes, 10 de diciembre de 2001

18 DE JULIO

Lo deja todo atado y bien atado como sus maestros: Havelange y Franco. Imagino al generalito “Juan haz como yo, no te metas en política”. El delegado nacional para el deporte obedeció. Demócrata de toda la vida, como mi maestro en la vieja escuela de Rasueros, como tantos que cuentan la vida desde el punto que les interesa, como si antes nada hubiera ocurrido, como si ellos mismos no hubieran existido. Nos roban la memoria con absoluta impunidad. Aquí nunca se cumplió la profecía que, sobre Chile, cantó Serrat “...y pagarán su culpa los traidores...”. Con hilos dorados tejieron paños de orfebrería que deslumbraron las zonas de sombra y nos hicieron ver que allí nunca estuvieron. Negó la camisa azul y emergió inmaculado para trazar la besana de la mercantilización deportiva. Enterró a Coubertain y la plataforma soñada para unir a los pueblos a través del deporte se convirtió en una corrupta empresa gestora de espectáculos. Prefiero recordar la sonrisa de Jesse Owens miniaturizando, más, a Hitler. Verano del 36. Alborada de Samaranch.

lunes, 2 de julio de 2001

UN TONTO HACE REIR A CIENTO

¡Este partido lo vamos a empatar! Año 94. Bochornazo en el Valladolid-Celta. Y no sólo por el calor del nonato verano. Unos mordían la tabla salvadora de la promoción en el Salto del Caballo, los otros no descendían. Y todos tan contentos. Incluidos los que pagaron por ver ¡un partido de fútbol!. Desprecio para el espectador, desprecio para el resto de contendientes, desprecio para el deporte. Donde dos debían contender se limitaron a mirar al cielo, por si llovía, no vayan a mojarse. Los desmarques, quiebros, pases verticales, profundos, la búsqueda del gol fueron suplantados por toquecitos horizontales hasta conformar un esperpento del que mofarse sino fuera por el perjuicio acarreado al resto de los implicados. Me dirán que hace siete años, vaya actualidad. Pero el 0-0 de Aznar-Zapatero destilaba el mismo aroma. Incluso apareció el insufrible que siempre nos encontramos en el estadio. Con la baba hasta los pies de adular al jefe resbaló y tras el golpe en la cabeza comparó “El Quijote” con los jarlenglobertrotes. Me hubiera reído de no haber sido un ministro.

martes, 26 de junio de 2001

JESÚS Y EL BECERRO DE ORO

Da igual ganar la liga, ascender a cualquier categoría o quedar segundo en el trofeo de la galleta. Tras las consabidas celebraciones “espontáneas” llegan los paseos triunfales, las soflamas desde algún balcón aderezadas con obligatorias menciones a los atributos que les llevaron a dicho triunfo y como colofón una visita a la virgen de turno que tanto contribuyó en el logro. No se sabe que opinarán las vírgenes rivales, ni imaginar quiero como estará este año la moreneta, es un suponer. Vestigios de un pasado del que no queremos acordarnos. Curas consagrando a aduladores del becerro de oro. Teocracia militar que ha impregnado nuestras costumbres de un rancio aceite con cuyo hedor convivimos sin que revienten nuestras pituitarias. Un día Jesús entró en el templo y, cual manifestante antiglobalización, gritó hasta la afonía (Mateo 21,12). Hipócritas, ciegos que guían a otros ciegos, raza de víboras, sepulcros blanqueados fueron lanzados contra los que vestían sotana. El hombre, creador de dioses a su imagen y semejanza, le subió al altar. Pero antes le había matado.

martes, 19 de junio de 2001

ADIÓS GIL, ADIÓS CANEDA

A mí me gusta el fútbol. Eso que comienza cuando el árbitro toca el silbato y con el mismo toque, repetido tres veces, concluye. Y sin embargo convertimos en protagonistas a los gil de turno. Necios avalados por el dinero que están convencidos de que el dinero todo lo compra. Casi siempre es así, y por ello cuando algo se torna inaccesible a sus pecunias el sentimiento de frustración es superior a la del resto de los mortales. Es entonces cuando su lenguaje de casquería mana a borbotones y  encuentra acomodo en los medios de comunicación en detrimento de la información de lo que sólo es fútbol. Se presentaron con un discurso oportunista y demagogo, consiguieron el fervor de gentes que necesitan el narcótico de la ilusión, oír a alguien que les hable de futuros esplendorosos. Pero todo acaba. Se puede engañar a uno mucho tiempo, se puede engañar a todos algún tiempo, pero no se puede engañar a todos todo el tiempo. Los gritos de los aficionados del atleti y del Compostela a sus presidentes pueden ser el fin de una pesadilla.

martes, 12 de junio de 2001

CARTA A UN IMBÉCIL

Mi poco estimado anónimo: Quiero que tengas claro que mereces una metafórica patada en el culo que voy a darte con gusto. El Racing ha bajado por méritos propios. La directiva, en vez de fortalecer un proyecto, descapitaliza a la plantilla con la venta de Munitis y Salva, no renueva a Benítez (por caro) y juega a cambiar de entrenador para terminar de nuevo con el propio Benítez. Para desviar culpas, en vez de elaborar una sana autocrítica, acusan y amenazan sin dar. Como cualquier dictadorzuelo se escuda en un enemigo exterior que encarna todas las maldades. Y tu entras al trapo como borrego. Ahí callas, te muestras débil. Te tratan como necio y demuestras que tienen razón. Hasta ese punto es tu problema. El mío comienza cuando leo la pancarta que parió tu neurona. Defender a tu club con una frase que hiere a todos aquellos que se juegan (y pierden) la vida luchando contra las olas del mundo de los satisfechos buscando su dignidad robada es de mala gente o de estúpido.  Tu estómago atiborrado no te permite suplantar, ni  por un segundo, a quien se ve obligado a atar los cuatro nudos del hatillo cargado del sufrimiento acumulado en una vida de desesperanza. Y muchas veces el mar se convierte en compañero definitivo. Con el débil tu debilidad se torna fuerza. Diviértete con el fútbol pero no cubras de desprecio a los muertos que hemos matado. Espero que recapacites. Joaquín Robledo.

martes, 5 de junio de 2001

UN GESTO

Podemos empezar a sentir miedo. El asco brotó hace ya mucho tiempo. Todo ese enjambre de grupúsculos ultras de todos los colores deben ser combatidos con nuestras armas o nos combaten con las suyas. Y en este barco hemos de zarpar todos. Nos guste el fútbol o no. Llevan dentro un germen que puede poner en peligro nuestras vidas: son violentamente excluyentes; y el que comienza a excluir no detiene su perversa dinámica en el odio al rival deportivo. Los presidentes han de dejar de verles como jóvenes algo radicales pero majetes. No son ni radicales, ni, por descontado, majetes. Y los futbolistas, lejos de beber los vientos por un aplauso tan fácil como vacuo, han de actuar. Señores que diciendo “el fútbol es así” o “si la verdad es que si” aparecen en todos los medios de comunicación deberían ser conscientes de su capacidad de influencia y darle un sentido. Por eso el gesto de los jugadores del Treviso que se pintaron de negro para protestar por la actitud de los ultras que abandonaron la semana pasada el estadio porque en su equipo jugaba Omolade (negro él) debería ser tomado como ejemplo.

domingo, 3 de junio de 2001

SE COMPRA SUEÑO



El reducto onírico parecía el único refugio no sometido a las leyes del mercado. Pero la ilusión comienza a tener un precio. 12800 millones, 5000 millones y podría así cubrir un artículo completo. Escribir estos números no es difícil. Hacer demagogia exponiendo una lista interminable de destinos alternativos para ese dinero tampoco. No es dispendio, es pura y dura inversión. La sonrisa del niño está calculada a priori por esos artistas de la venta de azúcar al diabético. El fútbol es, cada vez más, la imagen de esta sociedad: ingentes cantidades de dinero que viajan sin producir para llenar bolsillos de intermediarios, contratos con base en la “productividad” individual y quién más chifle capador, poder para especular y modificar la organización de las ciudades por encima del interés general y Fernández Tapias, vicepresidente del Madrid, calificando de lamentable espectáculo que debe acabar a la acampada de trabajadores de Sintel (un año sin cobrar) situada, casualmente, al lado de la Ciudad Deportiva. Ya me entienden.

martes, 29 de mayo de 2001

RAÚL APARECIÓ

Escribí el 23 de enero que Raúl no había aparecido desde el final de la Eurocopa. Quizá el fallo del penalti ante la selección francesa, quizá el verse desplazado del papel de estrella principal, quizá... En cualquier caso apareció y de que manera. Se cargó al equipo encima, dijo “vamos” y reivindicó para si los elogios que el impacto mediático del fichaje de Luis Figo le había usurpado. Habló donde hay que hablar demostrando que se puede ser decisivo sin la fuerza de Ronaldo, la fantasía de Romario, la exquisitez de Maradona, el regate de Figo, la omnipresencia táctica de Redondo o la fuerza física de Mauro Silva. A base de astucia, intuición y coraje ha sabido ganarse un espacio entre los más grandes que, por calidad técnica, no le correspondería. Tiene las virtudes del superviviente en un mundo venerador de la comodidad, chico de barrio marginal entre pijos.  Predestinado al talco blanco lo ha sustituido por la droga del éxito. Apareció, ¡vaya si apareció!

martes, 22 de mayo de 2001

EL AZAR



Desde el momento que un espermatozoide (de los infinitos millones posibles) fecunda un óvulo (tenía que ser precisamente ese) y se pone en marcha la maquinaria que nos trae a la vida, no se puede negar el postulado que dice que lo más importante que nos ocurre está íntimamente vinculado al azar. Pregunten sino a César, el portero que mamó fútbol al ladito mismo del Pisuerga. Ficha por el R. Madrid quien decide, para abaratar el coste, que permanezca un año más en el Pucela y estirar las posibilidades de Illgner. Pero hete aquí que éste se lesiona, Bizarri no cuaja y surge, inesperadamente, Casillas. Pasado el año Cesar tiene que ver los partidos desde el banquillo pensando que de haber llegado al Bernabeu cuando le ficharon él sería el inquilino de la portería del Madrid y de la selección y Casillas luciría sus estiradas en los campos del Toledo o del Fuenlabrada. El azar designa rutas pero César está demostrando que, con conciencia, trabajo y perseverancia, se le puede doblegar aunque cueste tiempo.¡Cuantos injustos designios del azar nos quedan por doblegar! 

viernes, 18 de mayo de 2001

VERDAD ABSOLUTA

Seguramente usted se haya percatado de un hecho que, a fuerza de repetirse, se cuela de rondón entre los fenómenos comunes e inocuos: el uso de la bandera rojigualda en el Estadio Santiago Bernabéu. Son una parte del madridismo, portadores de un espíritu  prepotente, uniformador y hegemonizador que ha llevado a una asimilación de lo pretendidamente común como icono de parte. Confunden su sentimiento con la verdad absoluta y no pueden comprender que alguien no lo comparta. Marcan, pues, la barrera entre “buenos y malos”, expenden certificados de españolismo. Son hijos de una tradición de la derecha hispana, que ante la anuencia de la izquierda, han tejido un discurso que presenta a España como unidad  de destino, monocromática, en el que la pluralidad se les escapa como la arena de la mano de un niño. Su sensación de infalibilidad les lleva a menospreciar lo discrepante por erróneo de partida y su único corolario es el triunfo. Y como sus corifeos les adulan babosamente llegan a creerse su profecía y no asumen la derrota. Esto explica la cara que se les ha quedado tanto a Del Bosque como a Mayor Oreja.

martes, 24 de abril de 2001

LA ESTACA CAE

“Si unos tiramos por aquí y otros tiramos por allá la estaca cae, que bien podrida debe estar”. ¿Se acuerdan de aquella canción de Lluis Llach? De seguro no pensó en el Real Valladolid al escribir su canción. Es el milagro de la poesía. Uno lee unos versos y siente que podría haberlos escrito, dan en la diana. El caso es que lo tenemos ahí. Todos tiraron y al final el Pucela caerá. Y surgirá un caudillo que generosamente se brindará como salvador. ¡Loado sea¡ Todo por unas pequeñas recalificaciones de nada (que es la forma de regalar dinero de todos sin que se note). Y tendremos al Pucela mediocreando por la primera división 6 o 7 años más. Vagabundeando por los caminos de la nada. Le veremos sin recordar el pasado que es la mejor forma de no involucrarnos en su futuro. No soy adivino, les estoy contando lo que ya ocurrió y que, me temo, se repite cíclicamente.

martes, 3 de abril de 2001

ALCALDE PALETO

Escribí la semana pasada que los duelos entre selecciones nacionales afirmaban al troglodita que llevamos dentro. La tesis se amplía. En algunos enfrentamientos entre clubes el virus también afecta. Reafirmamos el “valor” de nuestro lugar de origen y lo trasladamos a una pista despreciando al rival deportivo y a sus seguidores como representantes de otro “valor” que, al no ser el nuestro, consideramos inferior. Las banderas de cualquier territorio, izadas con frenesí por aficionados que confunden el culo con las témporas, desentonan en un ambiente que debiera ser festivo. En este marco sólo se puede calificar como estúpido el comportamiento de unos cuantos obtusos aficionados que, por ser de León, se hinchan de fervor vejando a lo que huela a Valladolid.

Pero lo que es simplemente estúpido se trueca en alarmantemente estúpido cuando quien se deja precipitar por esa corriente de odio tribal es, precisamente, la persona que debe realizar una labor pedagógica y, así, evitar males mayores. Lo que, el alcalde, debió haber dicho, en un arranque de autocrítica, fue “León (Javier) es un paleto”. Yo añadiría peligroso.

miércoles, 28 de marzo de 2001

SELECCIÓN

No soporto el baboseo patriotero que destilan los enfrentamientos entre selecciones nacionales. Entronque con el clan, asidero xenófobo. Ceder la representación de un país. ¡Que barbaridad!. Machacan a los nacionalismos periféricos y asimilan su criptolenguaje cuando de fútbol se trata, en que mal lugar les deja su subconsciente. Me pasma comprobar cómo gozan quienes se regodean el resto de sus vidas lapidando todo lo que tenga un balón de por medio. El deleite que me supone un partido de fútbol se muta en desprecio a los que disfrutan con encuentros (llamarlo partido es una osadía) como el España-Liechstenstein. Recuerdo el chiste de Gila “cuatro mozos pegaban a un niño, dudé entre pelear o no, decidí hacerlo. ¡Le dimos una paliza entre los cinco....!”. Sólo faltaba Enrique Múgica de árbitro e Isabel San Sebastián de animadora.

Si los partidos entre selecciones son inevitables, endemoniado casorio entre la tribu y el comercio, organícenlo sin el desprecio para el fútbol que traslucen los insufribles España-Liechstenstein.