martes, 13 de septiembre de 2022

TODO Y NADA

Qué setenta años, Dios mío, qué setenta años. Un tiempo que, siendo todo en la vida de un hombre, puede ser nada, apenas un instante en la historia de la humanidad, ocupar un par de renglones en los textos posteriores. No ha sido el caso, como después de setenta noches de fiesta, iguales una a otra, nadería, estos siete decenios han sido el día que para bien o para mal conoces a alguien que voltea tu vida. Una eternidad que se estrenó con hectáreas interminables para faenarlas con mulas y un arado romano concluye con un mundo que cabe en un pañuelo. Materia entre medias para montoneras de libros.