sábado, 31 de diciembre de 2022

TENEMOS LOS PIES A LA MISMA ALTURA

Creo recordar que escuché la cita al respecto de Maradona. Alguien que en los albores del genio argentino dudaba de su potencial argumentaba que era demasiado poca cosa, que en el campo se lo comerían. El interlocutor, con fe ciega en lo que 'el Diego' podría ofrecer, sonrió con cierta condescendencia y replicó «al fútbol se juega con los pies y esos todos los tenemos a la misma altura». El futuro al respecto de Maradona dio la razón a este último, pero no tanto a su desdén por el valor del 'tamaño' de los futbolistas. La calidad de los genios no sirve –porque aparentemente las desmonta– para sustentar teorías destinadas a la comprensión de lo que ocurre entre seres más terrenales.

martes, 20 de diciembre de 2022

AMIR, AL ALBA

Un nombre, su nombre, Amir Nasr-Azadani. Lo de ‘un futbolista iraní’ adjetiva, define, ubica, pero no termina de mostrar la crudeza de la situación. Un nombre, Amir Nasr-Azadani; un rostro, mirémoslo de frente. Quedémonos con su cara. Un chaval, 26 años, cuatro más que mi hijo, por ponerme en contexto emocional, en la tesitura de contarle a su amor que anda temiendo la madrugada, de susurrarle que presiente que tras la noche vendrá su noche más larga. Pidiéndole que no le abandone, que no le abandonemos, al alba. El precio de reclamar libertad, el coste de reivindicar los derechos sojuzgados a las mujeres, lo imponen miles de buitres callados mientras extienden sus alas. Y no es barato: la vida.

Un nombre, su nombre, Amir Nasr-Azadani. Referir su profesión es pertinente. Si podemos resumir el espectro de nuestras preocupaciones en ‘un poquito lo que nos toca, un poquito lo que nos pilla cerca’, el fútbol nos toca y nos acerca. Y ofrece razones para creer por el alcance del juego en nuestras sociedades, por la fortaleza icónica de las grandes estrellas de este deporte, por el ámbito universalizador de un Mundial. Supongo, quiero pensar, que sottovoce algo se haya movido, continúe en marcha. Pero no brotó ni una voz más alta que otra, ni una imagen contundente, estruendosa, abrumadora. Perdurable.

miércoles, 7 de diciembre de 2022

BURROS CON ANTEOJERAS

Desde hace ya unos añitos, todas las mañanas, sin faltar ni una, Julio se me hace presente, vía whatsapp, con ‘la frase del día’ -un consejo, una reflexión, una sentencia, un aforismo, un refrán, una mirada…-. Supongo que su relación de destinatarios es amplia, pero de alguna forma esta rutina me genera un vínculo personal, particular, concreto. En justa compensación, cada mañana recibo con deleite el mensaje, paladeo las palabras y, depende del contenido, sonrío, me apeno, tomo nota, le doy una vuelta… incluso, si no me convence, lo discuto conmigo mismo.

La de hoy lunes, día en que ando escribiendo estos párrafos, entona un canto a la vida firmado por Alejandro Dumas: “La vida es fascinante: solo hay que mirarla a través de las gafas correctas”. El hecho de tener que recordar el privilegio de vivir no puede ser más que la constatación de que no es lo habitual. Si algo hay que repetirlo, malo. Un contemporáneo del autor de ‘Los tres mosqueteros’, Ramón de Campoamor, también se valió de unas metafóricas gafas -“Y es que en el mundo traidor / nada hay verdad ni mentira: / todo es según el color / del cristal con que se mira”-, pero en vez de indicarlas como útiles para ver, las presenta como instrumentos de falsedad. Entre hastiado y desengañado, el asturiano asume que no existe asidero real al que agarrarse.