domingo, 24 de junio de 2012

FRANCIA, DEL COMPLEJO AL TÓPICO

Una fotografía tiene el poder de mentir. Más que nada porque capta un instante y muestra un espacio concreto. Sobre Francia se ha creado una idea que parte de una simple foto, de una imagen fija, pero no puede ser lo mismo París que un pueblo de la Bretaña, ni se parecen los años sesenta a los de la década pasada. También influyen, cómo no, los ojos del que mira, la foto y Francia. Para nuestros padres, el país vecino era a la vez un referente y un escándalo. Se le admiraba tanto como se le criticaba, unos envidiaban su libertad y otros se hacían cruces ante sus costumbres (eufemismo para no hablar de sexo). Francia era el paraíso y la perversión. Nuestros hijos ya no ven esas diferencias, hay matices, eso sí, pero los Pirineos han dejado de ser cordillera.