jueves, 5 de septiembre de 2013

ROMA SURGIÓ…

Septiembre es el mes más temido por los estudiantes, en él se centrifugan las últimas esperanzas de vencer en el mismo campo en que tres meses atrás se había salido derrotado. Es el corolario de un verano grisáceo porque la obligación impone techo cuando la ventana dice luz. Los moratones de aquella batalla, además, siguen ocupando espacios de piel. Lo peor es que este esfuerzo tardío, muchas veces denodado, no siempre desagua en el río del desquite. Muchas veces el trance del verano se multiplica, septiembre, en vez de pomada, es otro nuevo puñetazo. Salvo que seas el gobierno.
Cuentan que un examinando decidió jugarse en verano todo a una carta. Eligió, entre todas, la lección referida a la civilización romana y rehusó estudiar el resto del temario. Llegada la fecha, folios en blanco, boli en mano, esperó la voz del profesor. Este, antes de desear suerte a toda la clase, les dio a conocer el tema que habrían de desarrollar, el Antiguo Egipto. Nuestro protagonista empezó a escribir: El Antiguo Egipto fue una civilización que surgió a orillas del Mediterráneo como la romana, civilización esta que surge de la expansión de la ciudad de Roma… y así hasta llenar diez hojas. Suspendió, parece que era obvio, pero no lo sería tanto si el examen fuera firmado por el gobierno.