Desde la planta 58, la 41 queda demasiado abajo. Encabronados
por el reciente garrotazo ovetense, juramentados ante un objetivo que se tienta
y de vuelta a casa, un equipo al que observas
desde 17 puntos de diferencia, parece poca amenaza. Pero solo para los
profanos, los que miramos desde fuera. Imagino que las conversaciones
mantenidas en las interioridades del plantel blanquivioleta no menospreciaban a
un rival con el buen número de jugones que puede presentar la UD Las Palmas.
Aunque lo parezca, ambos asuntos –la mediocre clasificación y un elenco plagado
de jugadores exquisitos- no son incompatibles en esta categoría en la que los
resultados de los partidos se convierten con frecuencia en el infantil ‘piedra,
papel o tijera’. Las Palmas es tijera que reluce ante equipos papel y que
resulta mellado al pretender cortar las piedras del camino.