jueves, 22 de diciembre de 2016

SE ADMITEN APUESTAS

Cuando todavía hablábamos en pesetas se decía aquello de “si debes un millón a un banco tienes un problema; si le debes mil millones, el problema es del banco”. En realidad, aunque la utilizase como señuelo, el aforismo no se refería estrictamente a la banca. Venía a decir, sin más, que quien tiene cogida la sartén por el mango no se quemará ni recibirá un hipotético sartenazo. La única sentencia referida a la banca que pertenece a la categoría de axioma afirma que esta, se le deba uno o mil millones, siempre gana o, al menos, nunca pierde. Semejante logro se debe a que la banca es una maquinaria que opera con una materia prima que ni siquiera es suya: el dinero.
Erigida en dueña del dinero ajeno, cuenta con un privilegio, juega con dos ventajas y guarda un as en la manga. El privilegio le concede una capacidad cuasi omnímoda, la de mirar al poder político por encima del hombro de la misma manera que mira la persona que dicta a la que toma nota de sus apuntes. La primera ventaja traslada el riesgo a las personas que guardan allí sus ahorros. Si la banca cae, serán ellas las que pierdan. La segunda lo traslada al propio Estado. Nos hacen creer que la quiebra de una entidad bancaria produciría un caos en el sistema. De esta manera, los crédulos o interesados gobernantes acudirán raudos al rescate. La consciencia de ser ‘too big to fail’, demasiado grandes para caer, ampara desmanes igualmente grandes. El as se esconde en la manga para sacarlo si todo lo anterior falla. Incluso si el banco llegase a caer, queda una última salida que libra penal y económicamente a los responsables, cargando el daño en el resto de la sociedad. Hemos visto banqueros indultados, doctrinas judiciales creadas para evitar penas a banqueros, rescates a los bancos… Incluso, una sentencia del Tribunal Supremo que, aun reconociendo que lo justo sería que los bancos devolvieran lo cobrado de más bajo el auspicio de las cláusulas suelo, les exonera de hacerlo porque podría dañar la economía española. Ahora, el Tribunal de Justicia de la UE rectifica la decisión del Supremo y ordena que se devuelva ese dinero, varios miles de millones de euros. Parece que, por una vez, la banca pierde, pero apuesten a que no.

Publicado en "El Norte de Castilla" el 22-12-2016

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