miércoles, 27 de abril de 2022

CALLADITOS

Los días pasan en esta tierra con la quietud acostumbrada. Ni siquiera la festividad comunera salió del guion de un día cualquiera; el frío y la lluvia combatieron de parte del silencio y apenas hubo afluencia. Sirvió, como cada año, para recordarnos que apenas pintamos nada. Los medios de la capital, para variar, olvidaron esta efeméride paralela a otras que sí se recuerdan, la colocaron tangencialmente como una coda final en las informaciones de un día festivo o la rebautizaron apuntándonos como propia la celebración de un ajeno San Jorge.

Tampoco acudió, este no por cuestiones meteorológicas, el presidente del Parlamento regional. El Voxero Carlos Pollán argumentó que se trataba de una ‘decisión personal’ y que su presencia no era ‘de vital importancia’.

La ausencia de Pollán tiene más repercusión por el camino que indica que por el hecho en sí. Se colocó a un lado, se quitó de en medio, no hubo discurso de parte. Así será el primer tramo de la legislatura, hasta las elecciones generales. No se sorprendan quienes los temen, no se azoren los que tienen prisa. Los rayos y relámpagos se posponen. No somos parte del plan sino un escaño de la escalera. El aparato del estado es el poder que les importa. En esto, también se impondrá nuestro proverbial sentido de la servidumbre. Callaremos.

Más que hechos, habrá voces. Y silencios. Que en estos tiempos de zozobra -cuando no hay sosiego que explique, que genere, que aporte confianza- ambos sirven de alimento. Quienes pretenden contenderlo, cuestionan a VOX a rezago, como si su erupción hubiera sido casual. Y no, son la voz de la consecuencia, de la crisis, de la velocidad, de una cobertura común que hace aguas. La humedad no es la grieta en una teja sino la inconsistencia de los cimientos.

Publicado en "El Norte de Castilla" el 26-04-2022