lunes, 25 de febrero de 2019

TRES EQUIPOS PEORES

Foto El Norte
A pesar de que no se tiene por conducta muy aconsejable, camarón que se duerme se lo lleva la corriente, llegar tarde puede tener alguna ventaja. Que se lo pregunten si no a Alonso Pinto. El tío se las apañaba día tras día –cuando no era por el fas de que se había dormido, era por el nefás de que no encontraba no sé qué libro– para hacernos esperar algún minuto. Tan tenaz era en esto de retrasarse que el autobusero no partía sin antes preguntar en alto si Pinto había subido. Cuando recibía el sí coral arrancaba el motor y nos ponía en marcha. Algún día, sin embargo, ocurrió que alguien se demoró más que Alonso. Mala suerte. Habiendo llegado Pinto, la puerta se cerraba. No había tiempo para más.