jueves, 2 de junio de 2016

PAZ Y ORDEN

Pues resulta que el tal Albert, ese del partido naranja, en vez de seguir siendo él, ha devenido en su primo. Vamos, que Albert parece el Primo de Rivera. Las dictaduras, dijo, tienen cierta paz y orden. ¿Quién lo va a negar? Todo tiene “cierta” de todo, Jack el Destripador, por ejemplo, a buen seguro que tenía cierta compasión. El problema de las dictaduras no es lo que tienen, es lo que les falta. Hace unos años, un amigo me contó una conversación que tuvo con su padre. Este sostenía algo parecido al argumento de Albert Rivera. Su hijo le respondió con otra pregunta: “Papá ¿estás seguro de que tú estarías más tranquilo con esa paz y ese orden si tu hijo estuviera en aquellas cárceles? El padre calló.