jueves, 20 de diciembre de 2018

XIX Y XXI EN LA COCTELERA

Imagen tomada de ctxt.es
La realidad del siglo XXI sigue bailando con una serie de conceptos que fueron haciendo fortuna en el XIX, los referidos al entramado nación-nacionalismo y a ese revuelto que mariposea en torno a la relación entre nación política y nación cultural. La perversa historia del intermedio siglo XX pudo haber servido como vacuna -no hay como navegar sobre las turbulentas páginas de su historia para comprender el riesgo que nos supone manejar un material tan inflamable como el que separa las personas en un ‘nosotros’ y un ‘ellos’ identitario, para pensar que no podemos ser tan imbéciles de querer jugar de nuevo a lo mismo que entonces ya estalló- pero da la sensación de que la experiencia, si es en cabeza ajena, de poco sirve.
Hemos ido viendo cómo en nuestro entorno rebrotaban proyectos políticos que repetían, si bien perfumados con aroma de modernidad, aquellos viejos discursos. Vimos después cómo esos movimientos iban cogiendo vuelo según iban logrando alguna de sus aspiraciones políticas, aunque fuera por la vía del contagio: su principal éxito fue el de impregnar con sus programas a otras organizaciones que decían pretender contrarrestar el discurso identitario.