Quiere uno creer que son otros tiempos, que en el futuro no
se repetirán los desmanes del pasado, pero no. En cuanto te despojas del babi
que protege el ropaje de tu ingenuidad de la ponzoña exterior, compruebas que
la sociedad puede manchar. Fue ayer, es hoy y será mañana. Está en la condición
humana, no en todos los humanos, claro, seguramente que ni en la mayoría, pero
nunca dejarán de existir personas que, una vez alcanzan el poder, abusan de él;
incluso más, algunas que buscan alcanzar algún tipo de poder para tener la
posibilidad de abusar desde el privilegio que dicho poder otorga.