En la ‘Fábula de los tres hermanos’, Silvio Rodríguez
se refiere sucintamente a la forma con que tres jóvenes abordan sus
caminos vitales con objetivos que nunca terminan por conseguir. Del
mediano dice que ‘para nunca equivocarse o errar, iba despierto y bien
atento al horizonte pero no podía ver la piedra, el hoyo que vencía a su
pie y revolcado siempre se la pasó'. Así era la Teología y ese parecía
ser su destino, buscar a un hipotético Dios mirando al horizonte
desdeñando la realidad. En el siglo XVI, un grupo de profesores de
distintas universiades españolas y portuguesas, agrupados bajo el
epígrafe de Escuela de Salamanca por la influecia de Francisco de
Vitoria, pretenden bajar la mirada al suelo sin despegarla del cielo,
aunar la filosofía humanista que florecía en el norte de Europa con la
teología tomista más arraigada en la península.
Blog sin más pretensión que la de poner un poco de orden en mi cabeza. Irán apareciendo los artículos que vaya publicando en diversos medios de comunicación y algunas reflexiones tomadas a vuelapluma. Aprovecharé para recopilar artículos publicados tiempo atrás.
sábado, 28 de septiembre de 2013
sábado, 21 de septiembre de 2013
Programa "Espacio Abierto" de Radio Televisión Castilla y León
Intervención de Joaquín Robledo en el debate sobre el Toro de la Vega en el programa "Espacio Abierto" de Radio de Televisión Castilla y León, el 19/09/2013.
jueves, 19 de septiembre de 2013
CONTARLA PARA VIVIR
Como el gallo que canta en cuanto detecta el primer rayo de luz, Luis Miguel Dominguín se levanta
presto de la cama ansiando encontrar a alguno de sus amigos. Ella, Ava Gardner,
el animal más bello del mundo, se revuelve entre las sábanas, le busca con la
mirada difusa de quien se despierta antes de lo previsto, y le pregunta que a
dónde va con tanta prisa. Él, con la sonrisa fanfarrona del cazador que cree haber
abatido una pieza única, responde: '¿Dónde voy a ir?, ¡a contarlo!'. Al fin y
al cabo, el mundo de las apariencias es tan viejo como el propio mundo. Parece
que produce menos placer conseguir algo que hacerlo saber o, incluso, que se crea que
lo hemos hecho sin que ello sea cierto o sin contar cómo.
En el deporte de élite se alcanza la gloria con el
triunfo, pero la leyenda consiste en llegar un poco más
allá, en superar barreras que nunca antes se superaron, en traspasar límites. Christopher Horner consiguió lo primero venciendo en la Vuelta
Ciclista a España y entró en el segundo listado al hacerlo con casi cuarenta y
dos tacos. Admirable de no ser porque su logro está envuelto por la turba de
esa sospecha que rodea a todo lo relacionado con el ciclismo: el dopaje.
martes, 17 de septiembre de 2013
NO DEBE HABER
En la comarca de Las Merindades la Cordillera
Cantábrica va dejando de ser para convertirse en páramo, podríamos decir que
ese territorio es la puerta burgalesa de la meseta, la entrada a esa Castilla
que, como escribiera Antonio Machado, es ancha y plana como el pecho de un
varón. Allí, al norte, mirando con un ojo a Cantabria y con el otro al País
Vasco, sigue en pie uno de esos pueblos con más historia que habitantes:
Espinosa de los Monteros. Un pueblo cuyo nombre se asignó a uno de los cuerpos
de la Guardia Real, el encargado de la custodia nocturna de las alcobas de los
monarcas castellanos. La razón hay que buscarla mil años atrás. Cuentan que en
aquel momento el conde Sancho García heredó de su padre el gobierno de
Castilla. Doña Aba, su madre, acordó con
un caudillo musulmán, conspiraron (quizá conspirar solo sea un eufemismo) y
urdieron un plan para traicionar al conde. Una dama de compañía de Doña Aba
conoció las intenciones de esta y, lejos de mantener el silencio por el que le
pagaban, decidió traicionar a la traidora. La dama le contó a su marido,
mayordomo real y natural de Espinosa de los Monteros, la confidencia que había
escuchado y este le fue con el cuento a Sancho García, quien, de esta forma,
pudo abortar el magnicidio y continuar en el trono. El conde, agradecido por el
gesto, se dirigió al hombre: «Leal me fuiste, Sancho Peláez. Desde ahora
guardarás mi sueño. Y que guarden también los hijos de Espinosa en los siglos
venideros el sueño de todos los monarcas que Castilla tenga».
jueves, 12 de septiembre de 2013
PASEO POR REINOSA
jueves, 5 de septiembre de 2013
ROMA SURGIÓ…
Septiembre es el
mes más temido por los estudiantes, en él se centrifugan las últimas esperanzas
de vencer en el mismo campo en que tres meses atrás se había salido derrotado.
Es el corolario de un verano grisáceo porque la obligación impone techo cuando
la ventana dice luz. Los moratones de aquella batalla, además, siguen ocupando
espacios de piel. Lo peor es que este esfuerzo tardío, muchas veces denodado,
no siempre desagua en el río del desquite. Muchas veces el trance del verano se
multiplica, septiembre, en vez de pomada, es otro nuevo puñetazo. Salvo que seas
el gobierno.
Cuentan que un
examinando decidió jugarse en verano todo a una carta. Eligió, entre todas, la
lección referida a la civilización romana y rehusó estudiar el resto del
temario. Llegada la fecha, folios en blanco, boli en mano, esperó la voz del
profesor. Este, antes de desear suerte a toda la clase, les dio a conocer el
tema que habrían de desarrollar, el Antiguo Egipto. Nuestro protagonista empezó
a escribir: El Antiguo Egipto
fue una civilización que surgió a orillas del Mediterráneo como la romana,
civilización esta que surge de la expansión de la ciudad de Roma… y así hasta
llenar diez hojas. Suspendió, parece que era obvio, pero no lo sería tanto si el
examen fuera firmado por el gobierno.
domingo, 1 de septiembre de 2013
OMAR: NOUVELLE CUISINE
Ni son horas, ni mi memoria da para recordar su nombre, ni señalar el medio en el que aparecía la cita, pero lo leí, palabra. Un cardiólogo, reputado según la revista que lo publicaba, recomendaba a los hombres invertir el orden de los factores en una cena romántica porque, en estas tesituras, sí se ve afectado el producto. Afirmaba el galeno que la sangre es la que es y, siguiendo el patrón clásico, no puede atender a tanto requerimiento. La digestión, ale, sangre ‘pallá’ obliga a un ímprobo esfuerzo a nuestro organismo. El sexo posterior, sangre ‘pacá’, reivindica su cuota alícuota, y así, como el ejercito nazi peleando en Stalingrado y solicitado por Normandía, nuestro cuerpo termina encallando. Infarto, que lo llaman. La solución pasa por armonizar tanto afán, por dejar de lado el guion convencional y dedicar el primer rato de la cita al sexo. Una vez concluida la sesión, la sangre vuelve a su sitio y está dispuesta para pelear en la siguiente batalla, la de digerir los alimentos de la cena. Baile, copita y a dormir. Ya digo, según el cardiólogo de cuyo nombre no consigo acordarme.
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