jueves, 11 de octubre de 2012

CHÁVEZ HASTA EN LA SOPA


Hemos escuchado mil veces ese postulado físico que afirma que la energía ni se crea ni se destruye, solo se transforma. Un postulado que, después de Einstein, sigue vigente si consideramos que la masa es, también, energía. La rotundidad de la frase parece contradecir a quienes pretenden poner de manifiesto que existe un problema energético.  Si es cierto que la energía no se destruye ¿dónde está el problema? En no saber diferenciar energía de energía válida para ser utilizada como herramienta, en no entender que cuando la energía se almacena en forma de calor hemos pasado de tener una solución a tener un problema. No es energía lo que falta sino capacidad para que solvente las necesidades de una sociedad desarrollada con la premisa de que la energía era infinita.
El descubrimiento del fuego, de la rueda, de la máquina de vapor, la domesticación de animales para que realizasen labores agrícolas o de carga, las aplicaciones de los hidrocarburos, son considerados, con razón, hitos en la historia de la humanidad porque sirvieron para multiplicar la energía que el hombre podía, por sí mismo, desarrollar. Hoy cuesta menos sudor transportar miles de toneladas de uno a otro continente que antaño mover unos kilogramos de una cueva a la vecina, trabaja menos mi hermano labrando muchas más hectáreas que mi abuelo con su par de mulas.
Pero no todo iba a ser ventajoso, la brutal necesidad de energía para poner en marcha a diario todos los engranajes, nos ha convertido en sociedades dependientes del petróleo. Sin él no habría nada de lo que vemos a nuestro alrededor, nos veríamos obligados a reinventarnos. Pensar en ello parece descabellado, catastrofista, pero analizando los movimientos geoestratégicos de las grandes potencias podemos dar como ciertas las hipótesis de esos científicos agoreros que alertan del fin de una era. En fin, conclusiones a las que uno llega cuando trata de entender por qué hay más páginas dedicadas a las elecciones venezolanas que a las gallegas.

Publicado en "El Norte de Castilla" el 11-10-2012