martes, 3 de mayo de 2022

MÁS LÓGICA QUE KARMA

Si ya me cuesta creer en la de aquí, hasta el punto de no hacerlo, mucho más en las religiones que han ido llegando de otros lares. Ni siquiera en esas pequeñas dosis conceptuales a las que en nuestras sociedades hemos ido dando carta de naturaleza. Y eso por más que a veces alguna resulte pintiparada para determinadas explicaciones. No será pequeña la parte de la afición que al terminar el partido ante la Real Sociedad B apelara a la mala fortuna. No faltaría razón, el rival, con apenas un par de acercamientos, anotó dos goles. Con mucho más, el Pucela logró menos.

Recordando el partido previo, el de Miranda, cabría apelar al karma, ese espíritu de la justicia que condiciona la vida futura a los actos de las anteriores. Dios o la ley de la naturaleza, según hablemos de las creencias de hindúes o budistas, habría retribuido en justa compensación. La realidad, sin embargo, es más prosaica, el azar es un elemento cardinal en este juego que de tanto en tanto permite al merecimiento y al resultado convivir enfrentados. En Miranda la moneda cayó mostrando la cara; ante la RSB, la cruz. Ahora bien, cabe otra interpretación: el Pucela no ganó por tres motivos. De una parte, no estuvo acertado en los momentos decisivos. Atacó, incidió, generó fútbol, pero apenas supo rematar lo que creaba. En el área propia, no supo defender en las dos ocasiones en que fue requerido. Se aculó hasta el punto de que un defensor, El Yamiq, haciendo casi de portero, fuera el último jugador en tocar el balón antes de que entrara. De otra, que no supo entender el partido como diferente a los anteriores.