jueves, 15 de diciembre de 2016

¡AY DE AQUELLAS PREVISIONES!

Allá por aquellos años del ‘España va bien’ se construyeron una serie de autopistas de aquellas de “haga falta o no pero que en casa no falte de nada”. Se hicieron unos planos más o menos bien y unos estudios de previsiones menos o más mal. Los planos sirvieron para la ejecución de unas obras que se culminaron y ahí están, muertas de risa, pero estar, lo que es estar, están. Y así están, con esa cara de emoticono simpaticón, porque los folios en los que se apuntaron las previsiones, en vez de con tinta seria, fueron escritos con humo de prestidigitador. Aquellos pobres papeles empachados de números y más números, de coches y más coches que habrían de surcar el territorio alimentando un negocio redondo, valían lo que puede valer el papel higiénico.
La realidad, al poco, vino a mostrar que en esto de los negocios, cuando interesa, “toda la cuenta es sueño y los sueños, sueños son”. La cosa no salió, claro, ¿quién lo iba a pensar?, los desalmados conductores prefirieron circular por una autovía gratuita que aflojar pasta en la autopista paralela.