jueves, 13 de septiembre de 2018

FUTUROS NUNCA PERFECTOS


Acabó agosto y, como de costumbre antes de arrancar cada curso, cogí la bici y me alejé todo lo que un tren permite. Quiso la casualidad que el rincón que correspondía visitar este año fuese Cataluña, así que allí anduve, por toda la línea  de costa que va desde el Delta del Ebro hasta Barcelona, pedaleando durante los días previos y el propio de la Diada. El visitante no percibe hostilidad por llegar de donde llega. Las conversaciones son fluidas sobre cualquier tema que pueda salir a colación, pero del 'asunto', ni palabra. Supongo que el magma fluye por debajo de forma imperceptible para quien está de paso.