miércoles, 9 de septiembre de 2020

DE JUANITO A LA CAIXA

Juanito, el de la Caja, era ‘Juanito’ porque salió con el ‘Juan’ de la pila y nunca alcanzó altura suficiente para que le retiraran el diminutivo. Lo de ‘la Caja’ se refería a su trabajo, allí no era necesario aclarar, en la de Ávila. En realidad, Juanito era la Caja en una decena de pueblos. También, un vecino más del suyo, cabecera de comarca, y un poco paisano en todos los que recorría maletín en mano.

De aquello no ha pasado tanto: con un “corre a hablar con Juanito”, alguno de mi generación consiguió las 100.000 pesetas para el primer ordenador. Pero han pasado diversos torbellinos. El mundo económico exige, exigía ya, crecer y aminorar costes. El mecanismo tiende a la concentración. Algunas cajas de esta tierra se fusionaron. Hasta que la crisis-estafa con la que se cerró la primera década de este siglo mandó todo al traste. No sobrevivieron a la embestida. A aquel modelo de gestión, mamoneos y paternalismos aparte, le reventaron todas las costuras.