domingo, 24 de marzo de 2024

REMOS, ROMOS, RIMAS, RUMOS Y RUMAS

Remos. Instrumentos con los que, haciendo palanca en las aguas de los flancos, se propulsan las embarcaciones. También, al impulsar el vuelo de forma similar, reciben tal nombre las alas de las aves. Como podrían recibirlo, por su desempeño, los extremos de un equipo de futbol. Ni la portería que defienden se encuentra justo a sus espaldas, ni la que han de atacar se sitúa enfrente de ellos: se ven obligados a observar el juego, además de levantando, girando la cabeza. Pegaditos a la línea de cal, pudiendo acariciar el agua del exterior del campo con solo estirar el brazo, impelen el juego ofensivo del equipo lanzándose al abordaje desde esos páramos de reducida densidad de población. Cuando no parte de una decisión del entrenador, la propia realidad –Moro delicado por recién recuperado, Amath desconvocado por lesión traidora, Biuk alejado del escenario por convocatoria de la selección– se impone. Parece requerirse una conjunción astral para que el Pucela disponga a la vez de una pareja de remos.