lunes, 3 de mayo de 2004

SIN POSTRE

El melón constitucional está en un tris de ser abierto mientras discutimos con las enaguas abajo si son galgos o podencos. Los gerentes de esta comunidad, esos que miran de soslayo a Madrid antes de tomar una decisión, dirán que algo se ha ido y no sabrán cómo ha sido. Con prosopopeya relatarán que unas perversas fuerzas centrífugas se han llevado por delante ese sueño inconcluso de la paisana Isabel Montatanto llamado España. Digo inconclusa porque la pieza Portugal falta del puzzle onírico de la tan católica.