domingo, 23 de noviembre de 2008

A POR MÁS

Ya ven, el R Valladolid recibe seis goles del Barça con la luz de todos los focos televisivos y, ayer, sin embargo, se enseñorea del Madrigal en la clandestinidad. Porque eso fue el partido: un recital sobre el manejo del espacio y del tiempo por parte blanquivioleta. Un concierto invisible salvo por Internet (gracias a Telegiraldillo) frente a la nueva versión del SuperDepor: un club pequeño que disfruta tratando -siquiera temporalmente- de tú a los equipos más fuertes del continente y que puede presumir de lucir a tres de los recientes campeones de Europa.
Es el Villarreal un equipo que se le da bien al Valladolid. Fue al último que ganó en primera división, al que eliminó de la Copa cuando se deambulaba en segunda división y a ello hay que sumar el precedente de agosto: ese 1-5 en el que Medunjanin se ganó la camiseta. Los amarillos quieren la pelota, la soban y buscan caminos laberínticos para llegar a la portería contraria. Ni se encierran ni buscan el juego directo. Una bendición para un equipo que dispone un campo de minas para frenar la exuberancia de pases cortos y que cuenta con la velocidad de transición defensa-ataque como su arma favorita.

domingo, 16 de noviembre de 2008

LECCIÓN DE AUDACIA BLANQUIVIOLETA

Corría el minuto trece cuando Cannavaro, quien no ha tanto recolectaba galardones como el mejor futbolista del mundo, recibía un balón al borde de su área y le pateó virulentamente al vacío lejano. Poco después, Higuaín galopaba hacia la portería vallisoletana mirando a un lado y a otro sin encontrar a nadie que vistiese una camiseta similar a la propia. Recursos de equipo pequeño, de colectivo sin otro objetivo que la supervivencia encomendando parte de su futuro a los designios del azar. Los números en el fútbol no son nada pero ayudan a explicarlo todo. El Real Valladolid tuvo más posesión, cometió menos faltas, recibió menos tarjetas y generó más ocasiones -al menos hasta que cerró filas tras el gol-. En fin, el pequeño aceptó los galones de mando pero con menos dotes para imponer sus objetivos y el grande vivió como un Lazarillo cualquiera en pos de un chusco que le permitiera llenar el estómago. Los que ayer vestían de azul son el corolario de un equipo sin propuesta definida pero que golpeaba como un martillo pilón.

domingo, 9 de noviembre de 2008

ATROPELLO CON DELICADEZA

Si vemos entrar, en el bar en el que nos estamos tomando una cerveza, a la persona que más nos atrae en el mundo tenemos dos opciones: asumir que somos poco arroz para tan poco pollo o lanzarnos a la aventura. Total, en el peor de los casos, saldremos igual que habíamos entrado. Por desgracia, cuando uno es consciente de que el reto es imposible tiende a recular y a arrepentirse por la noche. No nos acercaríamos a la chica pero por la noche nos daríamos gorrazos a nosotros mismos.
Quizá eso sea lo que le ocurre a Mendilibar a estas horas. Él podrá excusarse con eso de “a cojón visto, macho seguro” pero hoy el Valladolid ha dado un extraño paso atrás y seguro que en su cabeza rondarán las otras alternativas más audaces.

lunes, 3 de noviembre de 2008

MENDILIBAR B GANÓ LA COPA

Suelen refugiarse los entrenadores en un tópico para descalificar opiniones de voces ‘menos entendidas’: «Nadie sabe mejor que yo cómo se encuentra cada jugador». Suelen tener razón. A veces, sin embargo, la testarudez no les deja encontrar un camino que avista la intuición de los meros aficionados.
Andaba Mendilíbar empecinado en alinear una pareja de mediocentros que jugase a la misma altura, con mucha precaución y poca audacia. Pero llegó el partido de Copa, donde los jugadores menos habituales tienen que dar un golpe para reengancharse en la titularidad, y fue otro Mendilibar quien se reivindicó a sí mismo. Lejos del vértigo liguero, se atrevió a dar ese paso adelante renegando de los corsés de la vieja ortodoxia.Con Medunjanin, últimamente repudiado, en el centro del campo se incorpora la tecnología que se echaba en falta. Si añadimos tres del cuarteto formado por León, Sesma -el excluido de Getafe-, Escudero y Canobbio cuyo sumatorio de talento es uno de los mayores que hayamos disfrutado en Valladolid, al menos hasta donde me alcanza la memoria. Si el delantero ya no espera pelotazos, sino balones al pie tras desmarque y se dedica a abrir huecos que se saben aprovechar, tenemos las claves de un nuevo concepto del fútbol. En Alicante pudo sonar la flauta por casualidad, pero a Mendilibar le sedujo la melodía y ha guardado la partitura.