Ambiciones y Reflexiones - Belén Esteban |
En algún momento de la historia
alguien dijo o dejó escrito que si las personas fuésemos más cultas
inmediatamente nos convertiríamos en mejores personas y desde entonces estas
palabras, u otras parecidas, se repiten como si de un axioma matemático se
tratase. Nada más lejos de la realidad. Más cultura individual nos convertiría
en más cultos uno a uno; más cultura en una buena parte de la sociedad
convertiría a esta en una sociedad más culta y ese sería el único beneficio
seguro. No habrá quien pueda garantizar que esa hipotética sociedad vaya a ser
más justa, ni más digna, ni más democrática. Ni siquiera es cierto que un
colectivo mejora necesariamente si quienes le gobiernan son personas
brillantemente formadas. No hace falta más que analizar el nivel cultural de
los jerarcas nazis para darse cuenta de ello, no hace falta más que ver esa
película de Jonh Frankenheimer titulada ‘El tren’ para comprender esta
posibilidad.