miércoles, 21 de agosto de 2019

LO DEJA VIVO, QUE NO ES POCO


He escuchado, y en más de una ocasión, que, de no haberle atropellado la fatalidad en forma de muerte prematura, Marcos Fernández hubiera convertido al Real Valladolid en una suerte de Villarreal, que el proyecto del constructor de origen leonés iba bien encaminado para borrar de la espalda del Pucela la vitola de equipo ascensor -cola de león o cabeza de ratón- y asentarle entre la oligarquía que sale de casa para viajar por Europa. Tal vez quienes así opinan tengan razón, tal vez no; darlo vueltas a estas alturas no es más que un juego, un artificio estéril: las ucronías no se pueden confirmar ni refutar. Lo único cierto es que la historia del Real Valladolid desde entonces hasta aquí es la que es y no tenemos ni idea de cómo hubiera sido si hubiera sido de otra forma.