lunes, 22 de mayo de 2017

ANTES QUE EL ÚLTIMO DE LA FILA

Seguro que se acuerdan de aquellos años en que cada día en la portada de los periódicos de esta ciudad, de cualquier ciudad, aparecía la foto de un alcalde o un presidente de la Comunidad inaugurando un puente, un aparcamiento o unos kilómetros de autovía. Sí, venga, hagan memoria, no hace tanto. Se acuerdan, seguro, de cuando en los presupuestos de cualquier institución sobraban los ceros a la derecha y todo se podía hacer o, al menos, hacer creer que se podía. La ciudad que no tenía aeropuerto pedía uno; la que no tenía línea del AVE, la exigía –tenemos derecho, decían, faltaría más-. Los debates que se lanzaban entonces al aire eran más de índole geográfica que económica, la cuestión no era si se necesitaba y por cuánto nos saldría un, pongamos por caso, palacio de congresos sino cuál sería la ubicación ideal o, en todo caso, cómo tendría que ser de grande. Seguro que, de la misma manera, recuerdan que en las vísperas electorales, el sentir que se palpaba era de una aquiescencia general que se transmitía con aquellas frases que se repetían como coletillas en cada rincón: “El alcalde habrá hecho cosas mal, pero ¡qué bien ha dejado el centro!, ¡qué limpia tiene la ciudad!”. Los prebostes exhibían ufanos su balance constructor y volvían a ser reelegidos una y otra vez. De tanta palmada real o metafórica, buena parte de ellos llegaron a creerse su propia mentira, la de que gestionaban bien. En realidad, simplemente, administraron la abundancia y sobre ese hecho circunstancial, unos medios más que adecuados, se deberían realizar los balances. Quienes llegaron después a ocupar los sillones de las distintas alcaldías, por el contrario, tuvieron que lidiar con la escasez y con las nuevas limitaciones legales que coartaban buena parte de la autonomía municipal. Comparar un gobierno con otro basándose sin más en lo que se construyó en cada época resulta, por tanto, ridículo. Cuando este modo de cotejo parte de la boca de algún regidor anterior es, llanamente, patético.