jueves, 21 de enero de 2016

RIOPICO CASTELLANO

Esta Castilla mortecina, que a fuer de creerse madre por haber parido un imperio, que se alimentó de huesos hasta quedar exhausta por falta de proteínas, confunde estar en medio con ser el centro. Por estas tierras, por ejemplo, pasan líneas de AVE o autovías porque es más fácil atravesarlas que rodearlas. Este culo del mundo me recuerda a Riopico, un pueblo en el fin del orbe donde se desarrolla ‘El viento se llevó lo que’, el espacio imaginario creado por el director argentino Alejandro Agresti donde sus personajes vivían aislados de cualquier mundo contemporáneo. Antonio, el sabio del pueblo, por ejemplo, marchó tres veces a la capital para exponerles sus teorías -todos somos iguales, todo es relativo, todo es sexo- porque hasta Riopico no habían llegado Marx, Einstein o Freud.