lunes, 12 de marzo de 2012

PROCESO Y METAMORFOSIS

"Alguien tenía que haber calumniado a Pucela K., porque sin haber hecho nada malo, fueron a detenerlo una mañana". Once funcionarios habían detenido al susodicho allá por junio del año pasado y, desde entonces, se encuentra inmerso en un procedimiento futbolístico del que no sabe como salir, entre otras cosas porque no sabe como entró. El caso es que el Pucela K no puede defenderse de algo que desconoce y sus argumentos son vagos e inconcretos porque en realidad no sabe qué escribir en el pliego de descargos. No deja de intentarlo pero, una y otra vez, sus apelaciones chocan con instancias superiores que detienen todas sus intenciones. Pretende alzar la vista y mirar a su alrededor, pero no ve más que situaciones incomprensibles protagonizadas por los once burócratas que se encuentran enfrente; busca ayuda en quien cree que puede ser un aliado, pero tras cada escalón que sube se abre una nueva escalera. El fiscal que acusa sin acusar debería vivir en el fútbol pero asienta su despacho en oscuras buhardillas de las afueras.