lunes, 27 de febrero de 2017

¿QUÉ QUIEREN QUE LES DIGA?

La realidad es algo complejo que se explica –siempre a posteriori–,  de una forma simple. Pero no debe ser tan fácil entenderla. La prueba es que nadie, salvo por casualidad y en contadas ocasiones, adivina lo que va a acontecer en los días posteriores. No es tan fácil porque el material con el que se teje lo complejo está formado por tantos hilos que es imposible  saber la forma y el color hasta que no vemos el paño. Después, ya digo, cuando tenemos el producto elaborado delante de nuestros ojos, resulta sencillo explicar por qué ha resultado así. La economía, sirva de ejemplo, es una de estas materias enrevesadas. Quienes se dedican a su estudio se desenvuelven con absoluta maestría en esta materia de intentar adivinar, errar y, sin ponerse ‘coloraos’, explicar de forma convincente, pero más tarde, las razones por las que no atinaron en sus predicciones.  La culpa de esa distorsión entre lo aventurado y lo producido se debe siempre, faltaría más, a  un factor imprevisto, ese hilo con el que nadie contaba, que se presenta en la fiesta sin que nadie le hubiera llamado.