El forense que se hizo cargo del
exánime R. Valladolid cuando fue abandonado a su suerte por un equipo médico
que a mitad de operación se quedó sin oxígeno ha fijado su diagnóstico; el
cadáver tiene vida. Le quedan secuelas a largo plazo pero sus órganos vitales
funcionan, eso sí, lánguidamente. Tras este acceso de catalepsia subyace una
reflexión: más allá de que el Pucela pertenezca a una serie de empresas que
dicen representar al sentir de los aficionados, éstos han de estar alerta y
conocer lo que ocurre en los consejos de administración, juntas de
accionistas... y exigir a la vez que ofrecer desde el acuerdo o el desacuerdo.
Y para ser partícipes en el sendero por el que se transita es necesaria la
información, a partir de ahí que cada cual obtenga sus conclusiones y actúe.
Los noventa minutos del partido son para disfrutar mas conformarse con eso es
una veredita cómoda que conduce a la muerte a medio plazo. Del Valladolid o de
la condición de personas libres. Quien diga, como el presidente de la junta
castellano y leonesa, que no quiere involucrarnos en problemas internos de su
partido merma nuestros derechos. El manto de armiño se lo hemos de quitar
nosotros o seremos los próximos en la mesa del forense y ya sin milagro médico
que nos salve.
Blog sin más pretensión que la de poner un poco de orden en mi cabeza. Irán apareciendo los artículos que vaya publicando en diversos medios de comunicación y algunas reflexiones tomadas a vuelapluma. Aprovecharé para recopilar artículos publicados tiempo atrás.