lunes, 30 de mayo de 2016

RADIO Y PESADILLA

En apenas dos versos, «el tiempo pasa, nos vamos poniendo viejos», Pablo Milanés comprime las sensaciones de quienes empiezan a darse cuenta de que en el viaje de la vida no hay marcha atrás ni billete de vuelta. El tiempo corre y con su pasar el mundo va haciendo camino en espiral. Pero hay algo inmutable: tome el mundo la ruta que tome, nosotros, cada uno, vamos poniéndonos viejos y mirando el pasado para huir, comparar o añorar. Dos relojes, el del mundo y el particular, que no siempre llevan la hora acompasada. Hace unos años, sea el caso,un par de señoras muy enseñoradas nos increpó a un amigo y a mí a la salida de una manifestación. Una de las mujeres tras lanzarnos una sarta de vituperios que para ella debían de ser ofensivos, remató la diatriba con aquello de que «con Franco se vivía mejor».. Mi amigo empezó a acalorarse con ánimo de responder, yo pensé que no merecía la pena. Sonreí y le di la razón: «Claro que sí, señora; seguro que entonces usted caminaba con más garbo, podía comer de todo y no le dolía nada. No dudo que entonces viviese mejor». Sin embargo, a veces, ese transcurrir del tiempo nos gasta una broma y se empeña en arrancarnos un arrebato de nostalgia. Ayer, sentado en la misma silla en que lo hago cada domingo que el Pucela juega fuera de Zorrilla, presto para ver el partido, la tele no terminaba de tomar la dirección de Elche.