Unos meses antes de que presentase el recurso de inconstitucionalidad
contra un Estatuto de Cataluña recién aprobado por las Cortes Generales, el PP
de Mariano Rajoy hizo lo propio contra la ley de matrimonios entre personas del
mismo sexo. Tiempo después, Rajoy, ya presidente del Gobierno, asistió bien
dispuesto a la boda de un alto cargo de su partido. Una unión de esas que quiso
evitar con aquel recurso porque “el matrimonio es y siempre ha sido una
institución entre un hombre y una mujer para la procreación”. Allí brindó
gustoso y dio los parabienes a la ilusionada pareja. Por esta aparente
contradicción le llovieron bofetadas a mano abierta que le venían de todos los
lados. Hipócrita fue lo más lindo que escuchó.