sábado, 18 de julio de 2020

FUEGO AMIGO

Foto "El Norte de Castilla"

Tendré que preguntar a alguno de mis vecinos gitanos si es verdad que en sus comunidades interpretan como mal augurio que sus hijos tengan buenos comienzos porque, a decir verdad, no sé si es cierto que creen el dicho que se les atribuye o se trata de una simple invención: siempre que lo escuche fue, sí, referido a los gitanos, por boca de payos. Si me confirman que asumen como propia tal convicción, indagaré con el fin de comprender si  estamos ante una mera superstición o alguna regla de tres ceñida a la observación, vaya: el haber comprobado que arrancar muy bien en un ámbito determinado resta atención, merma voluntad y desprecia la precaución, potencias todas ellas necesarias para enfrentarse a los inexorables envites que se habrán de encarar. En caso de que la respuesta se decantara por esta última opción, me tropezaría con una duda sobre la relación inversa: empezar bien es garantía de un mal remate, vale, pero ¿se puede afirmar que un mal comienzo es aval suficiente para determinar un final como de película de Hollywood?