sábado, 31 de octubre de 2009

TIEMPO DE REBAJAS

Como las golondrinas avisan de la pronta llegada de la primavera, los anuncios de subvenciones nos indican la cercanía de unas elecciones. El caso es que de unos meses a esta parte suenan acordes celestiales que luego no son más que ruido de tambores. Dos mil quinientos euros por hijo, doscientos y pico mensuales para los jóvenes que alquilen una vivienda... Guiños de cara a la galería pero que no resisten el menor análisis desde la perspectiva de quienes apostamos por un modelo socialmente más justo. En realidad, el método elegido, la subvención directa, no garantiza la cobertura indispensable para que sea eficaz. Vayamos por partes. Somos conscientes de que hay un problema de conciliación de la vida laboral con la familiar, sabemos que para muchas madres y padres traer un hijo al mundo les supone un quebranto económico. ¿Eso se soluciona con un cheque? Rotundamente no. El dinero del estado tiene que ser invertido en la creación de una red de escuelas infantiles, hoy prácticamente inexistente, que de cobertura a los niños y niñas de 0 a 3 años. De esta forma estaríamos creando un modelo que se puede mantener en el tiempo (no de una medida de gracia potestativa), que repercutiría más en quien más lo necesita (los precios van en función de los ingresos y la subvención es la misma para quien trabaja en precario que para el dueño de un banco) y sería la fuente de un derecho social por fin reconocido. 

Por otro lado, el problema de la vivienda en España es un mal enquistado. Se ha construido de forma disparatada y los precios han alcanzado niveles de vértigo. Pero eso, lejos de resolver algo o de ser el único problema, ha generado otro: miles de viviendas vacías y miles de personas sin posibilidad de acceder a una de ellas, ya no comprando, en alquiler. España es una rara avis en el concierto de los países europeos. La relación entre compra y alquiler está equilibrada mientras aquí, con menor poder adquisitivo, el número de personas que viven en alquiler es absolutamente minoritario y está mal visto socialmente. Se habla de la cultura española de la propiedad cuando en realidad la cultura es el poso que queda tras años de hábito en unas prácticas. Si las rentas de un alquiler están muy próximas a las letras de una hipoteca es razonable que la gente compre, cuanto más se separen esos valores más personas optarán por alquilar. ¿Hay alguna medida ensayada y contrastada? La respuesta es sí. La creación de un parque de viviendas públicas de alquiler a precio tasado. Frente a esta posibilidad el Gobierno decide subvencionar a los menores 30 años con una cantidad fija (tanto da el nivel económico de estos jóvenes, como sus necesidades de vivienda o la ciudad en la que vivan). Este tipo de medidas repercuten de forma negativa en lo que, se supone, es el objetivo deseado: lejos de facilitar  el alquiler lo que hace es incrementar el precio. Las personas de las edades subvencionadas no van a notar mejoría alguna (se lo quedará el propietario de las viviendas) y los que la sobrepasen tendrán que pagar más. Flaco favor, por ejemplo, a quien esto suscribe. En materia de vivienda, intervenir sólo sobre la demanda permitiendo que la oferta campe a sus anchas, es garantía de incremento de precios. pero anunciarlo pomposamente en la tele reporta beneficios electorales.

Podría extenderme con el acceso a la salud bucodental o a otras iniciativas de diversos gobiernos de Comunidades autónomas pero en el fondo es reparar en el mismo círculo. Cuando el estado tiene que garantizar derechos y tiene medios para hacerlo debemos reprocharle las políticas timoratas que, a cambio de pan para hoy, no ofrece garantías para mañana. Podría haber una cobertura pública pero han decidido que los recursos públicos acaben en manos de las empresas privadas. Vamos, que toman las partituras de Mozart, las arreglan como Luis Cobos y suena lo que suena

jueves, 29 de octubre de 2009

TEJIENDO BRAZADAS

Buena parte del camino entre la capital y Sardón discurre paralelo y contracorriente a la línea de agua que es, a la par, el eje que vertebra el campo de cigarras castellano y su excepción. Ese tramo adolescente del Duero acompañó las fantasías de la niña que habría de hacer del agua, troceada en ocho calles, la línea por la que transita su vida. Esos escasos treinta kilómetros eran la frontera, una puerta entre la jaula y la libertad que Henar Alonso-Pimentel franqueaba siempre que estaba en su mano acudir al pueblo que adoraba. La niña Henar practicaba todos los deportes porque todos le gustaban aunque lo suyo, creía, era el baloncesto. Nada extraño para una chica tan alta y con tal capacidad de coordinar, en la tierra y en el aire, los movimientos de su cuerpo. Sin embargo, una prima le invitó a una piscina cubierta y el agua, también, se enamoró de su sincronía. Tenía apenas diez años. Poco después ganó una prueba de cincuenta metros mariposa. Parecía que el noviazgo se consolidaba pero, como en toda historia de amor que se precie, surgieron esas pruebas que rompen o cuajan una pareja. Una neumonía rompe, durante un año, la incipiente relación. El señor Alonso-Pimentel, por otra parte, no aprueba -ni impide, eso sí- la decisión de su hija. Prefiere que se dedique a un deporte de equipo.

EL TRIENIO LITUANO

Fue el momento en que el CB se quiso hacer grande y puso para ello el mejor de los pilares: Arvydas Sabonis, junto a él fueron llegó Homicius al que luego sustituyó Tikhonenko. Tres años duró el intento, un trienio en el que, con Javier Casero al frente de la nave,  el CB Valladolid consiguió un sexto, un séptimo y un octavo puesto con unas excelentes actuaciones de Reyes, hasta el punto de encontrar plaza en la selección española en la que jugó ocho veces. Miguel Ángel lo quita valor ‘en realidad jugué porque (el seleccionador Antonio) Díaz Miguel se aburría, antes de que acabasen las eliminatorias finales llamaba a una selección B y se pasaba el día entrenando. 
Pero la realidad volvía a imponerse a las expectativas, Sabonis fue a Madrid y la plantilla se desmanteló. Miguel Ángel volvió a la capital pacense. ‘La oferta económica era muy buena y podía volver a casa ‘pero el regreso no fue, al menos al principio, como lo hubiera deseado, fue el peor año de mi carrera’. Estuvo allí dos años más, en el primero de ellos consiguieron un hito en la historia del deporte cacereño, acabar en el quinto lugar de la clasificación. En Cáceres comenzó a jugar de tres (alero alto) siguiendo la estela de Andrés Jiménez ‘ahí te das cuenta de que estás entre tres y cuarto y cuatro menos diez, te falta cuerpo para ser un cuatro pero no tienes la destreza para ser un tres’. De Cáceres fue a Vitoria, a un Tau que empezaba a ser lo que es. Consiguió una Recopa de Europa (por mor de los enfrentamientos entre la FIBA y la ULEB ese año se denominó Copa de Europa). En aquel equipo lanzaba sus primeros tiros a canasta un barbilampiño Jorge Garbajosa.
Sin salir del norte fue a Torrelavega, al Caja Cantabria. Se salvaron por un punto de disputar el play-off por evitar el descenso pero ‘desde el punto de vista deportivo fue mi mejor año’. El entrenador de ese año fue un antiguo compañero en el Forum: Quino Salvo. Nueva escala en Valladolid bajo el manto de Gustavo Aranzana. Terminada la temporada 99-00, Miguel Ángel emprende su última aventura, esta vez sus maletas viajaron a León. El año empezó muy bien pero, a partir de una gripe no volvió a ser el mismo ‘tenía molestias contínuas y estaba cansado y cascado’. Lo dejó en este punto. Cierto es que jugó un mes más, fue en Salamanca y por un compromiso adquirido.
Hoy, después de trabajar tres años en el campo de las inversiones artísticas, es el responsable comercial en Castilla y León y Cantabria del Biotecnology Institut, una empresa que ofrece sistemas de implantes dentales. El gusanillo del baloncesto lo mata jugando algún torneo de veteranos. Junto con Mike Hansen y Mateu, pretenden crear un equipo de veteranos del CB Valladolid.
Muchos kilómetros, tantos que, ante la falta de raíces físicas, tuvo un asiento más humano: se enamoró muy joven y Cuca, su mujer, le ha acompañado en todas estas plazas ‘a cambio ahora vivimos en su ciudad, en Palencia, me gusta porque es muy tranquila, me recuerda a Cáceres y estamos a un paso de Valladolid’.
‘Tenemos tres hijos, Alejandro tiene dieciséis años, Álvaro trece y el Alonso seis’. Los dos primeros juegan al Baloncesto, el mayor ha estado esta temporada en el equipo Junior del Baloncesto Valladolid y está muy ilusionado porque hará la pretemporada en el primer equipo con Porfi Fisac. Su hermano juega el infantil de CB Palencia y el pequeño, de momento, da guerra en casa.
La descendencia de los Reyes de la estirpe de Miguel Ángel parece asegurada. Tendrán que seguir preparando maletas.

CUESTIÓN DE COJERAS

Sin que sirva de precedente les voy a contar una anécdota personal. Llevaba varios años sufriendo algún calambrazo en la rodilla, precisamente la izquierda. Una sensación incómoda y molesta pero fugaz y asumible. No le di ninguna importancia ya que ocurría de tanto en tanto, pasaban meses entre un ataque y otro, y duraba lo suficientemente poco como para no incordiar mi ritmo de vida habitual.  

Hasta este mes de marzo. Las molestias persistían de forma continuada y decidí acudir a mi médico. De ahí al traumatólogo quien, tras las pruebas pertinentes me planteó las ventajas y los inconvenientes de una operación. Al final pensé que la artroscopia podía paliar el problema y decidí que se llevase a cabo la citada intervención. Estaba ya en la lista de espera.

Pasados unos días recibí una llamada telefónica. Una señora, amablemente, me conminaba a acudir a dos clínicas privadas que tienen un concierto con la sanidad pública. Sus argumentos: lo harán tan bien como en el Clínico y le podrán operar en breve. Cuando le mostré mi interés por ser atendido exclusivamente por la sanidad pública le tornó la voz y me dijo, más áspera, que, si esa era mi elección, tendría que esperar varios meses para que fuera posible. Bien, le dije, esperaré. Está usted en su derecho, apostilló como si le hubiera dicho algo incomprensible pero que ella no podía evitar. Vamos, como si, teniendo billete de tren para ir a Cádiz, le hubiera planteado que mi decisión era llegar caminando a la Tacita de Plata. Usted mismo, remató.

Me quedé con mal cuerpo. Y sin entender nada. Si convenimos que la atención sanitaria es un derecho y los poderes públicos se vanaglorian del sistema público de sanidad ¿cuál es la trayectoria que ha facilitado al secuestro de alguno de los servicios por parte de la privada? Me dirán, con razón, que el derecho sigue existiendo y que la operación, en uno u otro sitio, se va a realizar. Cierto, pero me preocupa. Si una clínica privada puede ofrecer un servicio que, posteriormente, la Junta le retribuiría ¿por qué no lo puede ofrecer directamente el SACYL? El centro privado tiene la necesidad de presentar cuentas de resultados y el carácter de empresa les obliga a obtener beneficios, los convenios que tienen con la Junta les producen dichos beneficios. Si ellos lo hacen ¿por qué no es la propia Junta la que invierte el dinero que les paga a estos centros en mejorar la calidad de la atención?

Los conciertos sanitarios, como los educativos, detraen dinero público –de todos- para fortalecer empresas privadas y eso es un contrasentido dado que el fin de los impuestos es la redistribución. Este tipo de prácticas fortalecen a los inversores privados al ponernos a todos como clientes de sus empresas. Los centros públicos van perdiendo peso y, como en todo fenómeno de erosión, se van debilitando las bases sobre las que se asientan. En primer lugar las ideológicas: la consciencia social del valor de un derecho. Posteriormente las económicas... y al final resulta que se tomó esta decisión porque no había más remedio. Y nos quedamos sin dinero ni capacidad de respuesta social contundente. Aún queda pero el camino ha comenzado.

Sólo valoramos lo que tenemos cuando lo necesitamos y cuando lo perdemos suele ser tarde para que la reacción sea eficaz. Quizá falte en nuestra sociedad una “cultura de lo público”, una mezcla entre la reclamación de un derecho y el uso correcto de éste. Para que un servicio público sea eficiente es necesaria la complicidad de todos y, por tanto, debemos usarlo de forma sensata, de esta forma todas las personas -al menos las que no tenemos capacidad para afrontar las minutas de un centro privado- nos beneficiaríamos.

La exigencia ha de ser máxima pero mesurada. La privada podrá aportar un confort que es imposible, e injusto, reclamar a la pública pero en las prestaciones no puede haber merma. Hay radica el límite. Nuestra obligación, como ciudadanos es esperar lo que es razonable, lo cual no implica callar cuando hay que esperar más de lo justo por una mala gestión.


A ver hasta cuándo cojeo. A ver si la sanidad pública refuerza sus piernas. 

miércoles, 28 de octubre de 2009

ENTRE TRES Y CUARTO Y CUATRO MENOS DIEZ: MIGUEL ÁNGEL REYES

Los deportistas de élite son árboles que arraigan en el aire. Tienen siempre preparadas las maletas para trasladar su residencia de una ciudad a otra, además, entre semana, su constante trajín les impide asentar el día a día: Van, juegan, vuelven. Días duros dentro de años intensos pero que merecen muy mucho la pena ‘lo que se siente en una cancha es una experiencia que no se va a repetir en ninguna otra actividad de tu vida, el placer de jugar no se puede comprar’.
A Miguel Ángel Reyes se le iluminan los ojitos mientras va extrayendo recuerdos del baúl. En su caso, este  traqueteo le trajo a Valladolid desde Cáceres. Sus doscientos y pico centímetros no pasaron inadvertidos para los hermanos Moratinos y este chico que jugaba en el Colegio de San Antonio se le abrieron las puertas a un sueño: el de ser profesional del Baloncesto. Corría el año 1985. Un año después debutaba en la Liga ACB, enfrente el OAR Ferrol del mítico Anicet Lavodrama. A pesar de lo dicho, la incorporación al equipo profesional fue progresiva y hasta dos temporadas después no se consideró jugador del primer equipo ni estuvo seguro de que convertiría en profesión a su afición. Retrotraerse a esos años es recordar a un cuarteto de pivots que siguen en la memoria de cualquier buen aficionado: Silvano Bustos, Mike Phillips y el gran Juanito de la Cruz, ‘del  Lagarto me impresionó su ambición, podría pensarse que venía con una carrera hecha pero tenía las ganas de un juvenil’. En aquella época su entrenador era Mario Pesquera y recuerda la enorme presión a la que se veían sometidos. Después llegó la corta etapa de Pepe Laso, ‘sólo estuvo un año pero fue el mejor de mi carrera, me dio plena confianza al igual que a otros jóvenes como Lalo García’. 

CÓMO CREAR UNA ESCUELA SIN PROPONÉRSELO

El azar es un chico travieso que disfruta cambiando la letra de los planes bien trazados. Por eso, cuanto más cerrados los tengamos, más sencillo lo tendrá. Manu Martín, salmantino de origen, se fue haciendo hombre en Rentería. Jugaba al balonmano casi por obligación. A principios de los setenta el fútbol era un monocultivo, había poco margen para otra cosa. A pesar de ello, en Guipúzcoa, el Balonmano iba construyendo su propio hueco. Varios colegios se empeñaron en sembrar contra la corriente deportiva hegemónica. El Sagrado Corazón de Rentería era uno de esos y, aunque le tiraba más el pie que la mano, el niño Manu tuvo que elegir entre balonmano y balonmano. Eligió y no le fue mal. 
Tras despuntar en el colegio se incorporó al J.D.Arrate de Eibar en el que se terminó de formar como jugador. Sus planes le llevaban a estudiar INEF y seguir haciendo carrera en su tierra de adopción que, en realidad, era ya la suya. Pero se le cruzó la mili. Iba a ser un año de paréntesis mientras esperaba la plaza en el INEF y, después, vuelta a la normalidad. Primera parada León. Maniobras y espera de destino. José Carlos Muñoz aparece entonces en su vida. Le convence para que juegue en el recién nacido ACD Michelin. Suponía bajar una categoría pero existía un proyecto, una idea, un sueño que, con quebrantos, dura hasta hoy. Manu Martín es uno de sus cimientos. Vino a Valladolid, sólo quien viene de fuera sabe lo duros que suelen ser los primeros pasos en esta ciudad, para completar la dichosa mili e hizo escuela y vida. El equipo ascendió a la máxima categoría y pospuso la vuelta. Lo merecían, dice en dos palabras que resumen causa y efecto: la fuerza del colectivo permitió el logro y el logro reforzó al colectivo. Lo merecían los gestores del club, lo merecían sus compañeros, lo merecía él mismo y siguió un año más a pesar de los esfuerzos de Juancho Villarreal por llevarle de nuevo a Guipúzcoa, al Bidasoa de Irún.

jueves, 1 de octubre de 2009

¡CÓMO ESTÁ LA ARISTOCRACIA!

Cuentan las malas lenguas apócrifas que una cena (probablemente en los postres de otra cumbre iberoamericana) el expresidente argentino Carlos Ménem se levantó y espetó a sus colegas: ¿Saben ustedes por qué Estados Unidos es el único país de toda América en el que no se ha producido un golpe de estado? Ante el silencioso estupor de la concurrencia, Ménen risotada en ristre, clamó: ¡Porque no tienen embajada de Estados Unidos! 

José María Aznar, años depués, con el tic de los acomplejados, se ufanaba de haberse alistado (alistado de ponerse en la lista, no de hacerse listo) en el club de los que mandaban, lo que es un eufemismo. Se arrastró ante el que de verdad impone su poder a cambio del sueño del secuaz: fumar unos puros en compañía del jefe y poder hacerse unas fotos con los pies en su mesa. Como todos los que se vanaglorian de colaborar con los matones, olvidó que la imposición por la fuerza, poder duro lo llaman, es limitada en el tiempo y  se parece mucho a un boomerang.  Boomerang que, en su retorno al punto de origen, nos golpeó a todos y a él le dejo sin gobierno y con un prurito de rencor, un reconcomio justiciero que le dura hasta hoy. En el entretanto de su gobierno, como veía a un hombre poderoso al mirarse al espejo, comprendió que los confines de España le quedaban muy cerca y él aspiraba a más. Los enemigos de su amigo eran sus enemigos y puso parte de su empeño en derrocar a un presidente de otro país. Vocazas o fanfarrón pero presidente electo en varios procesos en los que se dieron todas las garantías (hubo control de los procesos electorales por instituciones internacionales). Lo que dicen las hemerotecas es que el gobierno español apoyó ese fallido golpe de estado. Estados Unidos tenía la embajada temida por Ménem y Aznar hizo de la española un adosado.

Tras años criticando a los nacionalismos periféricos hemos descubierto que el nacionalismo identitario español vive. Parte de la sociedad española se ha envuelto en ese difuso mensaje de superioridad que regodea a todo nacionalista y le conduce a apoyar lo propio sin racionalidad ninguna. El PP ha sembrado sin descanso este nacionalismo porque son sabedores de que la siega les será propicia. Políticamente para su partido y económicamente para los suyos por que el nacionalismo es un artefacto cultural inventado, utopías compensatorias de las frustraciones de las clases populares, propuestas por élites que obtenían de ello beneficios (pág 16, Mater Dolorosa, Álvarez Junco). El PSOE, ante el temor a perder votos, en vez de contrarrestar un discurso falaz y dañino,  ha optado por competir en la carrera de falso patriotismo. Como todo nacionalismo, el español, se alimenta de mitos y uno de ellos asume que los diversos pueblos de la América de habla hispana tienen una deuda permanente de gratitud con nosotros y que hemos de tutelar lo que allí ocurre para que su discurrir sea en nuestro propio beneficio. Son, así vistos, estados menores de edad, repúblicas bananeras.  

Y en estas otra Cumbre Iberoamericana. Un presidente, el venezolano, torpe en la medida de los tiempos, cuestiona la labor de Aznar. A deshora y en exceso. Una mesa encargada de dirigir la reunión. Y un jefe de estado no electo, a sus aristocráticas maneras, entra en ebullición. Soberbio, pendenciero, maleducado, fuera de sí. Ordena callar a otro jefe de estado (repito, éste sí, electo). Y los corifeos unánimemente claman que que eso es defender a España que estaba siendo atacada. Vuelta al nacionalismo, a tomar la parte por el todo. Criticar a J.M. Aznar no es criticar a España, más si la crítica se ceba en un hecho real, criticar a las empresas multinacionales de matriz española no es criticar a España, porque el capital no tiene más patria que el propio beneficio de los dueños y en base a tal beneficio actúan a su antojo y sin miramientos despojando a los más débiles de lo poco que les queda.

Yo no me sentí defendido por el ataque testicular del señor Borbón. Más nos valdría ser conscientes de que  algo se mueve en América Central y del Sur. Quizá tardemos en darnos cuenta de que aunque nos autoproclamemos madre patria ellos han crecido  lejos y tienen vida propia y a sus jefes de estado los pueden votar o botar. Al de aquí no le podemos votar.

Coda 1: Volvemos a J.M. Aznar. Visitó Valladolid la semana pasada y su encuentro con el alcalde de la ciudad dejó otra perla para la historia. El alcalde le vino a decir, con esa media sonrisa que se le pone ante su valedor, que estuviera tranquilo, que en Valladolid lo tenía todo controlado.  Así estamos y esa es su mentalidad. Vasallaje.


Coda 2: Volvemos al nacionalismo del PP. Asamblea de la FEMP. Propone a su candidata para presidir el foro de los municipios. Su nombre: Regina Otaola, la alcaldesa con menor número de votos del mundo. Su mérito, ser alcaldesa de un municipio vasco donde el 90% de los habitantes no pueden votar porque su opción política defiende la independencia. Pero en esta maraña no se diferencia la opinión del delito. En esa situación hay que reconocer el valor de la señora Otaola pero su representación es un fraude.