Hipócrates, aquel médico de la Grecia clásica autor, según la tradición, del texto de buenas prácticas sobre el que juran los profesionales de todos los ámbitos de la salud, fue el que acuñó el término aforismo para referirse a cualquier sentencia breve y doctrinal que se proponga como regla. Muchos de ellos los utilizamos con frecuencia en nuestras conversaciones porque vienen al pelo para sentenciar sobre un hecho que acaba de suceder y del que pretendemos extraer una conclusión generalizable, aunque lo cierto es que esas reglas generales no soportarían la prueba de ser frotadas con el algodón de la realidad. Todos hemos escuchado, por ejemplo, que nadie es profeta en su propia tierra, pues este mismo aforismo fue desmentido por el propio autor. Según el Evangelio de Mateo, Jesús fue a su ciudad y allí se puso a enseñar en la sinagoga. La gente decía admirada: ¿De dónde saca este esa sabiduría y esos milagros? ¿No es el hijo del carpintero? ¿No es su madre María y sus hermanos Santiago, José, Simón y Judas? ¿No viven aquí todas sus hermanas? Entonces, ¿de dónde saca todo eso? Y desconfiaban de él. Jesús les dijo: Solo en su tierra y en su casa desprecian a un profeta. Y no hizo allí muchos milagros, porque les faltaba fe. Sin embargo, al cabo de un tiempo, el propio Jesús, según cuenta ahora Juan, partió hacia Galilea -su tierra-. Iba con cierta precaución porque él mismo había declarado que un profeta no goza de prestigio en su propio pueblo. Pero cuando llegó, los galileos lo recibieron bien, porque habían visto todo lo que había hecho en Jerusalén durante la Pascua.
Blog sin más pretensión que la de poner un poco de orden en mi cabeza. Irán apareciendo los artículos que vaya publicando en diversos medios de comunicación y algunas reflexiones tomadas a vuelapluma. Aprovecharé para recopilar artículos publicados tiempo atrás.
lunes, 22 de diciembre de 2014
lunes, 15 de diciembre de 2014
FRESA, CAMPANA, LIMÓN
Había salido de su barrio buscando un bar fuera de su ámbito, pero aun así miraba de reojo hacia la puerta, pendiente de las personas que pudieran entrar, no vaya a ser que alguno le conociera y tuviera que mentirle: es solo la vuelta del café, aquí estoy haciendo tiempo que he quedado, ya me iba. Al cabo de un rato, embebido por la musiquilla, cegado por las luces que iban y venían, aislado entre las paredes del miedo y la ansiedad, triste, hundido, sintiéndose indigno, solo era capaz de mirar de frente, campana, campana, naranja. A primera hora pensaba ganar unas monedillas, poco después se conformaba con recuperar las que ya había lanzado por el precipicio, más tarde se resignaba a atenuar las pérdidas, al final, casi siempre, salía del bar y caminaba camino a casa cabizbajo, espantando los fantasmas que daban vueltas en su cabeza, fresa, siete, limón, jurándose que nunca más. Pero ese nunca más solo duraba hasta que en el bolso volviera a haber un poco de dinero y vuelta a empezar. Venga, solo unas monedillas, se decía, yo controlo. Cinco euros, otros cinco para recuperar los cinco perdidos, diez para recuperar diez y así, naranja, limón, campana, hasta vaciar de nuevo la cartera, salir del bar, caminar cabizbajo y jurarse por enésima vez que esta sí que sí , fresa, fresa, limón, sería la última. La última, se repetía mientras se secaba las lágrimas que vencían al pudor y terminaban recorriendo su rostro angustiado que intentaba levantar buscando un poco de dignidad que le permitiera seguir caminando. La última, se insistía pesadamente mientras maldecía aquel día, aquel primer día, en que, sin saber por qué, se acercó a la puñetera máquina con una moneda de cien pesetas en la mano. Cien pesetas que, campana, campana, campana, se convirtieron en dos mil quinientas y todo el monte es orégano. Un golpe de fortuna que fue el inicio del camino a la perdición. Cien pesetas al día siguiente, otras cien para recuperar las cien perdidas, doscientas…y otro día y otro.
lunes, 8 de diciembre de 2014
PUEDE SER PEOR
Somos demasiado dados a los superlativos, tanto por exceso como por defecto, sobre todo por defecto. «No se puede hacer peor», dicen que una vez dijo un profesor a uno de sus alumnos tras mostrarle el examen corregido. «¿Que no? Deme tiempo», replicó el chaval. En cualquier conversación de las de últimamente, cuando alguien insinúa que la cosa puede empeorar, nunca falta quien responde que no es posible, que la situación es tan mala que no se puede estar peor. Pues sí, es posible, basta con mirar alrededor o leer algún libro para darse cuenta. En la carrera del mal siempre existe alguien o algo que supera cualquier límite. Vean, si no, el caso que me cuenta Javier Yepes, mi vecino de este patio de papel. Manuel Delgado Villegas, más conocido como el Arropiero, pasa por ser el mayor asesino en serie de la historia negra española. La desaparición de Antonia Rodríguez, una mujer con quien se le relacionaba, le condujo a comisaría para un simple interrogatorio. Sin más, el Arropiero empezó a desgranar su historial de los últimos años: llegó a relatar hasta cuarenta y ocho crímenes además del de la propia Antonia. Los boquiabiertos policías no daban crédito a tanta muerte; de hecho, transcurridas las investigaciones, llegaron a la conclusión de que ese número era muy exagerado y que, todo lo más, había asesinado a veintidós. ¿Podía haber alguien con un historial más macabro? Lo había, y el Arropiero lo pudo saber. Escuchando una emisora de radio que relataba pormenores de su historia, descubrió que en México hubo otro que había asesinado más que él. Nuestro protagonista se indignó, se dirigió a los policías que lo custodiaban y les dijo: «Denme 24 horas y les aseguro que un miserable mexicano no va a ser mejor asesino que un español».
domingo, 30 de noviembre de 2014
SIN RUEDA DE REPUESTO
Las estadísticas no son más que un sinfín de datos ordenados que se realizan con la intención de obtener conclusiones que puedan servir para algo. Son básicas en cualquier trabajo científico porque estos datos fríos tamizados por la mente humana aciertan a explicar correlaciones entre diversas variables o buscan caminos entre las causas y sus efectos. A pesar de que son imprescindibles para el desarrollo de casi todas las áreas del conocimiento, hemos aprendido a desconfiar de ellas debido a que con demasiada frecuencia nos las presentan trampeadas. De esta manera deja de tener valor científico y se convierte en instrumento de manipulación. No es que mientan las estadísticas, sino que quien presenta los datos toma únicamente los que le interesan y olvida el resto que desnudaría su gestión o bien realza una generalidad para transmitir la impresión que le interesa sin adentrarse en otros matices que le desmentirían. Un ejemplo del primer tipo sería la forma de ofrecer los datos del paro. En función de si estamos en un mes en el que siempre hay más contrataciones, los portavoces oficiales, con esa sonrisa en el semblante propia de un vendedor de seguros, se congratulan del aumento del empleo en el último mes y esconden la tasa interanual. Claro, en otros meses hacen exactamente lo contrario. Un ejemplo del otro tipo consiste en transformar un pequeño aumento del PIB en una recuperación global de la economía de un territorio. Puede ser que ese aumento indique que hay más tarta, pero no es incompatible con que la porción de la mayoría disminuya. En fin, los datos, leídos sin rigor ni honestidad aportan muy poca verdad.
jueves, 27 de noviembre de 2014
DOS FOTOS, DOS LÁGRIMAS
Viene al caso recordar aquella frase que pronunciara
Winston Churchill en la Cámara de los Comunes: “La democracia es la peor forma
de gobierno, excepto por todas las otras formas que han sido probadas de vez en
cuando”. No es mi intención refutarla entre otras cosas porque el propio
concepto de democracia nunca terminó de ser bien definido y cada día es más
vaporoso. Su nombre, antaño evocador, se ha convertido en un mantra que se arroja
al que piensa diferente, una piedra que se lanza para justificar una cosa y la
contraria, un señuelo para expoliar manu militari a países que nunca salieron
de la batalla mejor de lo que la empezaron. La cita me viene a cuento por dos
imágenes que se han entrecruzado, por dos fotografías alegóricas de una España
formalmente democrática pero que se cae en pedazos, por dos llantos diferentes
cuyas lágrimas alimentan el mismo río: las de Carmen Martínez Ayuso, la mujer
vallecana de 85 años que ha sido desahuciada viendo su casa, y en ella su vida,
por última vez y las de los trabajadores de Campofrío en Burgos sintiendo el
riesgo de que esa columna de humo fuese a resultas de un fuego que estaba arrasando
su futuro.
lunes, 24 de noviembre de 2014
EL MALDITO CAMBIO
Las calles parecían demasiado oscuras en 2081, el gobierno había aprobado una enmienda por la que la igualdad sería obligatoria; pero no cualquier igualdad, no aquella que dicta que todas las personas han de ser iguales ante la ley, ni la otra que reclama que todas han de gozar de un mínimo común de oportunidades, ni siquiera aquella basada en la creencia de que, al final de nuestros días, un juez supremo nos juzgará con el mismo rasero, no. La igualdad de esos días imponía que fuesen todas iguales. Una sociedad así fue descrita por Kurt Vonnegut en un ‘Harrison Bergeron’, una distopía que pretendía llevar al límite de lo absurdo el concepto de la igualdad. Mas esa igualdad nunca fue reclamada por nadie, no hay mente que pueda soñar con ese mundo salvo la de quien, en sus fantasías más depravadamente húmedas, aspira a que el resto de la humanidad no se salga de esos caminos que son las cañadas por las que transitan las ovejas.
domingo, 16 de noviembre de 2014
LA PIEZA DEL PUZLE
Las piezas de un puzle carecen de sentido por sí mismas. Es el conjunto de ellas lo que aporta valor. Observando solo una de ellas no podremos, por más atención que pongamos, hacernos una idea de la construcción completa a la que pertenece. A veces tratamos de interpretar cada gesto, cada estímulo que procede del exterior, para hacer valoraciones generales sin darnos cuenta de que ese hecho aislado, analizado sin el contexto adecuado, sin introducirlo en una lógica de los acontecimientos, no tiene más valor que la pieza perdida del puzle. Precisamente por ello, siendo conscientes de ello, los poderes que siempre han sido, incluso cualquiera que tiene algo de poder sobre un grupo de gente, pretenden convertir cada acontecimiento en un hecho aislado porque esa pieza del puzle, sin confrontarla con el resto, puede ser fácilmente justificada.
domingo, 9 de noviembre de 2014
EL CONDE DE SANDWICH
Para aprender algo de lo que hasta ese momento no se tenía noticia, cualquier sitio es bueno y cualquier razón oportuna. Por ejemplo, ojeando revistas en una sala de espera mientras un psicoanalista jungiano pasa consulta a tu perro. En esa tesitura, Woody Allen, al menos eso cuenta en uno de los relatos que componen el libro ‘Cómo acabar de una vez por todas con la cultura’, descubrió que el sándwich fue inventado, mira tú por dónde, por el conde de Sandwich. Ser consciente de tal hecho no fue un asunto menor, le produjo tal estremecimiento que «evocaba los sueños, las esperanzas y los inmensos obstáculos que debieron acompañar el invento del primer sandwich». Dedicó los tres meses siguientes a recopilar los datos biográficos más significativos de tan preclaro inventor. En 1741, el conde, tras un arduo trabajo, presenta «su primera obra completa (una rebanada de pan, otra rebanada de pan encima de la primera y un trozo de pavo encima de las dos rebanadas) y fracasa miserablemente». Como la genialidad no trasciende si no se la solidifica con trabajo, nuestro protagonista no desiste. Tiempo después «expone ante sus colegas dos trozos de pavo con una rebanada de pan en medio. Todos rechazan su obra».
lunes, 3 de noviembre de 2014
POCO A POCO, NO ES POCO
Paseaban tranquilamente por la plaza mientras iban hablando de sus cosas como lo harían dos amigos cualesquiera una tarde de domingo. El párroco y el cabo de la Guardia Civil pasaban el rato comentando los diversos aconteceres del pueblo. Los temas iban y venían sin ningún orden preconcebido, ora hablamos del alcalde; ora, del precio del vino; ora, de lo que se vaya terciando. Hasta que en uno de estos giros que dan las conversaciones, el cabo Gutiérrez quiere dar por cerrado el asunto anterior arrojando uno nuevo sobre el tapete: «Lo primero que se me ha venido a la cabeza es el tema del libre albedrío». El cura recoge inmediatamente el guante: «Hombre, es que el tema del libre albedrío viene aquí pintiparado, con lo bonito que es ese tema». El uno se queja de que dentro de la Guardia Civil no pueden usarlo prácticamente, el otro advierte de que con los suyos pasa lo mismo, y al momento pasan a hablar de sexo y de ahí a cualquier otra cosa. La escena pertenece a ‘Amanece, que no es poco’, una película que fue la más votada entre el público que participó en una encuesta propuesta el año pasado por la Seminci.
jueves, 30 de octubre de 2014
ENTRE SÍ DECÍA…
En un pasaje de la calderoniana ‘La vida es sueño’, Rosaura se dirige a Segismundo
y le recita en verso lo misma historia que ya relatara Don Juan Manuel en el
décimo cuento de ‘El conde Lucanor’: “Cuentan de un sabio que un día/ tan
mísero y pobre estaba,/ que solo se sustentaba/ de unas hierbas que cogía./
¿Habrá otro, entre sí, decía,/ más pobre y triste que yo?/ y cuando el rostro
volvió/ halló la respuesta, viendo/ que otro sabio iba cogiendo/ las hierbas
que él arrojó“. En ambos textos la moraleja posterior invita al consuelo,
incluso a obtener ventaja, al hacerse uno consciente de que, por mal que vengan
dadas, siempre podrás encontrar gente en peor situación. Yendo más allá podemos
entrever que lo que lleva a salir de un atolladero es la certeza de que nunca
se toca fondo, el miedo a empeorar. Puede ser que ese estímulo proporcione el
vigor suficiente para revertir una situación dramática, lo cierto es que ambos autores
recuerdan cómo la fortuna sonrió al primer sabio, pero nada sabemos del segundo, quien, de no haber encontrado a su vez a un tercero aún más pobre, moriría de
hambre en cualquier secarral.
lunes, 27 de octubre de 2014
CONTRA EL SENTIDO COMÚN
Apelamos demasiado al sentido
común como si este fuese una ciencia exacta o una fuente neutra de
conocimiento, como si su uso nos permitiera descifrar los enigmas de la vida
diaria. Voltaire afirmaba que el sentido común no es nada común. Para nuestra
desgracia no cabe afirmación más falsa ya que, por una parte, no se le puede definir como sentido y por la otra, sí es demasiado común. En esta
segunda aseveración radica buena parte de su inmerecido prestigio: (casi) todo el
mundo tiende a creer que son el resto quienes carecen de esta ‘cualidad’.
Ocurre como con la inteligencia, debe de estar bien repartida porque nadie se
queja de la suya.
jueves, 23 de octubre de 2014
LA CAJA REGISTRADORA
La figura del
cómplice es la más rica en matices, tanto da si hablamos de la realidad como si
lo hacemos de cine o de literatura. No deja de ser un personaje ambivalente ya
que el papel que juega pasa por parecer otra cosa distinta de la que es con el
fin de distraernos para que no fijemos la vista en el sitio donde su compinche
perpetra el crimen que entre ambos habían preparado. Es el que grita ¡fuego! para que abandonemos nuestra
casa facilitando que otro la desvalije o el que roba unos caramelos para atraer
la atención del vigilante mientras su secuaz se lleva el contenido de la caja
registradora. A veces, me da por pensar que todo esto de la corrupción no es más que otra película con el mismo
argumento, que los tipejos que van apareciendo en estas primeras escenas no son
más que los cómplices de un robo de mayor calado: la de nuestras haciendas y
nuestras vidas.
domingo, 19 de octubre de 2014
JUEGO POCO CURVO
Cinco meses han
pasado desde que Ángel diese la última vuelta a la llave para cerrar
definitivamente La Curva, uno de esos locales que, más que un bar, fueron el
emblema de una época. Casi como último servicio, La Curva fue el penúltimo
cobijo de unos poetas locos –no todos los poetas son locos aunque todos los
locos sean poetas– emperrados en susurrar sus versos a pleno pulmón. No es
extraño este maridaje, el bar rezumaba poesía desde el momento en que fue
engendrado; de hecho, el nombre hace referencia a ‘Las personas curvas’, un
poema de Jesús Lizano que ya es una declaración de intenciones. «Mi madre
decía: a mí me gustan las personas rectas/ A mí me gustan las personas curvas,/
las ideas curvas,/ los caminos curvos,/ porque el mundo es curvo/ y la tierra
es curva/y el movimiento es curvo... el pan es curvo/y la metralla recta». En
esto del fútbol existen muchos caminos para ganar, tantos como para perder,
pero el que nos entusiasma es siempre curvo. Ese fútbol que nació recto en
Europa fue tomando distintos cuerpos a medida que viajaba para quedarse en el
resto del mundo, pero en uno se torció definitivamente para mostrarnos la
belleza curva.
jueves, 16 de octubre de 2014
Y HASTA AQUÍ PUEDO LEER
Anda Mayra Gómez
Kemp presentando el libro de sus memorias al que ha intitulado con aquella
frase que ella misma hiciera célebre en los años ochenta del siglo pasado
(¡cómo suena eso del siglo pasado!) cuando era la presentadora del televisivo
Un, dos, tres: ‘Y hasta aquí puedo leer’. Un hasta aquí que marca un límite,
esa línea que dificulta el paso hacia el otro lado, una barrera que, cuando hay
que enfrentarse a ella, muestra una perfecta fotografía de los merodeadores.
Uno de esos ‘hasta aquí’ se encuadra en el terreno de las relaciones personales,
son esos agradecimientos debidos que impiden a quien corresponde tomar las
decisiones precisas, ya que obligarían al susodicho a prescindir de las personas
que más han contribuido a la propia carrera. Llegados a este punto existen, al
menos, dos salidas dignas: tomar las decisiones pertinentes relegando a quien
fuera un aliado imprescindible o quitarse uno mismo de en medio allanando el
camino para que otros lo puedan hacer.
domingo, 12 de octubre de 2014
DE MELMAC A PUCELA
Entre 1950 y 1956, el senador estadounidense Joseph McCarthy puso en marcha un mecanismo que pretendió, y en buena medida consiguió, amedrentar cualquier disidencia política con el pretexto de eliminar el ‘peligro comunista’. El senador no se anduvo con chiquitas, cualquier cosa que sirviera para tal fin se utilizó, ya fueran falsas delaciones con las que el delator pretendía salvar el pellejo; acusaciones sin fundamento en las que se aprovechaban los odios o los celos del acusador; listas negras que servían, entre otras cosas para impedir realizar su trabajo a quienes en ellas estaban incluidos... En plena guerra fría, los escrúpulos no cotizaban en bolsa. En este contexto se rodaron muchas películas para mayor gloria del régimen; entre ellas, destacaron las de invasiones de extraterrestres, ya que la metáfora era sencilla: los invasores eran seres perversos que compartían la voluntad de aniquilar la sociedad invadida. Entre todas estas películas, aunque buena parte no eran más que pura morralla, ‘La invasión de los ladrones de cuerpos’ destacó por su calidad cinematográfica y por su capacidad para mantener la tensión a lo largo de sus ochenta minutos. Don Siegel casi nos convence de que el peligro puede estar en cualquier parte, que uno no se pude fiar de nadie. Hasta 1980 no puso pie en la Tierra un alienígena bondadoso, E.T. se ganó el corazón de varias generaciones de niños y de los que no lo eran tanto.
jueves, 9 de octubre de 2014
PUES ESO
Una mañana
de agosto del verano pasado subí con mi bicicleta al lugar dónde dicen que nace
el río Trabancos, un par de cerros en la pequeña localidad de Herreros de Suso.
El Trabancos es un río de esos que se convierte en noticia cuando lleva agua,
pero que encierra en sí toda la belleza del mundo porque, como escribiera
Fernando Pessoa, ‘el Tajo no es más
bello que el río que corre por mi pueblo porque el Tajo no
es el río que corre por mi pueblo’. De camino hice una parada en Narros del
Castillo, allí, en un bar, había un cartel que pregonaba unas estupendas
jornadas culturales que se extendían a lo largo de aquel verano. Ese mismo día,
cuando ya había regresado, me crucé por la calle con uno de los concejales de
mi pueblo, le comenté lo de las jornadas de Narros y le planteé que con un poco
de voluntad se podrían desarrollar actividades semejantes en Rasueros. Moviendo
la mano en un gesto a medio camino entre el desplante y la resignación me dice
que ‘este pueblo tiene el peor ayuntamiento de España entera’. Me quedo de un
aire, pero le replico ‘chico, tú formas parte de ese ayuntamiento’. Me mira,
sonríe y, a la vez que empieza a irse, responde ‘pues eso’.
lunes, 6 de octubre de 2014
LA LOBA SIN DIENTES
En uno de esos documentales sobre la
naturaleza que antaño emitían en la tele, y que quizá sigan emitiendo, con la
buena voluntad de facilitarnos una cabezadita tras la comida, un joven biólogo
narraba la forma de organización en las manadas de lobos. En un momento dado,
mientras nos contaba que eran los más jóvenes los que se encargaban de ir a
buscar las ovejas o cabras que habrían de convertirse en el alimento de la
comunidad, adornó la narración con un ‘aunque parezca sorprendente’. No cabe
duda de que el guionista era español de esta España donde lo normal, al
parecer, es que los viejos trabajen mientras los jóvenes, cual Vladimir y
Estragón, esperan en vano a su Godot particular llamado empleo. Debía pensar
nuestro guionista que los lobos jóvenes optan a salir a cazar presentando
infructuosamente un currículum en algún negociado de la manada mientras los
veteranos no dejan la plaza hasta la edad de jubilación. Pero no, los lobos
viejos esperan cómodamente sentados en algún claro del bosque que alguno de los
recién llegados a la edad adulta vuelva con las fauces manchadas de sangre tras
haber realizado la labor que a ellos les tocó en su día.
jueves, 2 de octubre de 2014
CONTRATO DE PERMANENCIA
De repente le había
cambiado el semblante, ahora, mientras guarda su teléfono en el bolsillo de la
chaqueta, esboza la misma sonrisa que se le pone cuando gana un órdago al mus.
Hace apenas unos minutos gritaba a su auricular -y a toda la gente que en ese
momento pasaba por la calle- mostrando su indignación. Sois unos sinvergüenzas,
decía, me dijeron que ese servicio costaría equis y me han cobrado casi el
doble, me dijeron que no reducirían las prestaciones y cada día todo funciona
peor, no quiero seguir con ustedes, póngame, por favor, con el departamento de
bajas. Se hizo el silencio que duró unos segundos, después, no menos
enfurecido, volvió a repetir la misma cantinela. Así hubo tres o cuatro intentos, hasta que
consiguió acceder al servicio de bajas. Si bien al principio de esta última
conversación mantenía el enfado, su cara iba tomando, paulatinamente, un
aspecto más relajado.
lunes, 29 de septiembre de 2014
CUELLO, PATAS, ALAS
En aquellos tiempos,
el pollo se comía los domingos y nunca se tiraba nada. Además, cuando se
compraba, se compraba todo el pollo, sin poder elegir la parte que más nos
gustaba descartando el resto; vamos, que no se podía comprar solo pechugas. Por
aquel entonces, nuestras madres, sobre todo nuestras madres, nos mentían con
tal convicción que solo acertamos a descubrir la trola años más tarde. Llegado
el momento de servir las diferentes tajadas del ave, ellas, siempre ellas,
repartían tratando de complacer los deseos de cada comensal. Cuando todos
estábamos servidos y tocaba su turno, llenaban su plato con lo que había
sobrado -cuello, patas, alas...- y, justo en ese momento, decían: «me habéis
dejado lo más rico». A nosotros nos sorprendía ese gusto estrafalario, pero si
ella lo decía así había de ser. Al fin y al cabo ¿quién va a dudar de la
palabra de una madre? Llegaron otros tiempos, no me atreveré a decir que
mejores, en los que la elección de tajadas se hacía ya en el supermercado, en
los que llegamos a creer que los pollos estaban formados por muslos y pechugas.
Hace algunos años, en pleno esplendor de la era Guardiola en el Barça, un
jugador del Alavés -no recuerdo quién- dijo que el fútbol de los azulgranas
estaba haciendo mucho daño al fútbol modesto, que cualquier aficionado iba a
los campos de Segunda B o de Tercera -mal educado por lo que había visto a
través de la tele- pensando que aquella manera de jugar era tan fácil como
parecía y, por tanto, se enfadaba con sus equipos si no intentaban hacerlo de
la misma manera. A tenor de los silbidos que se escuchaban en el campo,
afirmaba aquel modesto jugador, daba la sensación de que los centrales estaban
obligados a sacar siempre el balón jugado, de que dar un patadón era, poco
menos, que un pecado mortal. El diagnóstico es de lo más certero incluso para
los que escribimos. Deberíamos tener un poco más de mesura, pero el virus nos
ha infectado y tras comer la pechuga televisiva de un control perfectamente
ejecutado, el muslo de una jugada con varios pases al primer toque que acaba en
ocasión de gol, nos resultan duros los cuellos, patas y alas propias de la
Segunda División y, sin demora, cuestionamos el juego de nuestro equipo por no
alcanzar ese mismo sabor o ser más áspero al contacto con el paladar. Así,
valoramos poco que vayamos matando el hambre punto a punto y que, pechuga o
cuello, nadie tenga más puntos que el Valladolid. Ayer volvió a ocurrir, lo que
pudimos ver -que no fue mucho, ya saben, somos de segunda y la tele quiere
manjares- no descubrió nada que no hubiésemos visto en los partidos anteriores:
El juego de los pucelanos no enamora, el bloque se muestra vulnerable, pero los
partidos van llenando el buche aunque sea con un puntito. Por si fuera poco,
Bergdich, la tajada de este pollo que más nos desespera cuando juega de
extremo, anotó el único gol vallisoletano. Y no sabes qué decir. A primera
vista, su juego entre anárquico y barroco es un eslabón perdido que
desconcierta a los propios, pero, quizá, por lo mismo, su caos desorganiza a los
rivales. Quizá pedimos demasiado. Tal vez haya carne suficiente por más hueso
que haya que roer.
Publicado en "El Norte de Castilla" el 29-09-2014
jueves, 25 de septiembre de 2014
CARNAVAL DE SOMBRAS
En este carnaval de
sombras nadie es lo que dice ser, en este baile de máscaras no tienen siquiera
la potestad de elegir la que más les gustaría. Abren, sin más, el armario de la
ética intercambiable, toman el disfraz pertinente y se visten con las palabras
que más les convienen. Ahora Gallardón hace un mutis por el foro tras haberse
probado infructuosamente la retahíla de ropillas con las que viste un
aspirante. Los suyos nunca le quisieron, ni antaño le sirvió el disfraz de
palmero, ni hogaño el de Torquemada. El guión no tiene más texto para este
personaje; el actor, que aspiraba a protagonista, firma el finiquito de su puño
y letra.
lunes, 22 de septiembre de 2014
BURBUJA DE PUNTOS
Así, como quien no quiere la cosa, en solo un año, el primero de este
siglo, en España se pasó de construir doscientas cincuenta a quinientas
cincuenta y cinco mil viviendas. Más del doble. Sin saberlo se había inaugurado
la burbuja inmobiliaria. El resto de la historia es de sobra conocida aunque
las consecuencias no lo sean, más que nada porque solo el tiempo terminará por
ponerlas de manifiesto. Muchos son los análisis que se han hecho y muchas son
las causas apuntadas (la reforma de la ley del suelo, el ingreso en el euro, la
bajada de los tipos de interés, la relajación de las entidades financieras, el
mito que aseguraba que el precio de la vivienda nunca baja, la ausencia de una
política de alquiler...) que, sumadas, permitieron que se incubase la catástrofe
que marcará un antes y un después en la historia económica de España, una
enfermedad de la que -si se sale- será con el cuerpo magullado y, por supuesto,
distinto al que se tuvo antes del paso por el quirófano. En ese mientras tanto,
los dirigentes políticos alardeaban de esa aparente bonanza, esgrimían cuadros
estadísticos en los que España siempre estaba entre los países que más pitaban,
éramos, nos decían, la envidia del mundo mundial. Decía que el número de
análisis sobre las causas que generaron la burbuja tiende a infinito, pero
estos análisis, como el propio nombre indica, se realizaron una vez la burbuja
hubo estallado. Hasta entonces fueron muy pocos los que, cual Casandras,
alertaron de la que se avecinaba, pero el ruido impidió que se les escuchase. O
peor, si se les escuchaba se les reprendía, se les reprochaba su pesimismo, se
les llamaba aves de mal agüero y se les invitaba a sumarse al jolgorio. El caso
es que durante esa etapa ominosa pensábamos que éramos y no éramos, creímos que
teníamos y no teníamos. Las vacas que parecían gordas estaban impladas.
jueves, 18 de septiembre de 2014
EL APROBADO SE ARRANCA
Da la sensación de que hasta aquí hemos llegado, de que esto se ha agotado, de que el temario que nos fueron explicando desde hace cuarenta años ha dejado de ser creíble, que ni la tierra es plana ni gira alrededor del sol. Las clases de economía suenan a falso de puro farragosas, sucesiones de palabras que parecen decir y no dicen nada con un único objetivo: esconder lo evidente. No es cierto que las cosas vayan mal porque tenga que ser así y mucho menos que vayan mal a todos. Van mal para las personas que viven de su trabajo y para las que ni trabajo tienen, van mal porque no son ellas las que han fijado las reglas del juego. Pero de nada valen las quejas, decir que el suspenso es por culpa del profesor que nos mira con ojeriza, que le caemos mal, que nos tiene manía. No hicimos los deberes que nos correspondieron, creímos, cosas de tener un coche y un piso aunque fueran hipotecados, que la asignatura de la vida era una maría que aprobaríamos sin ningún esfuerzo.
lunes, 15 de septiembre de 2014
CASTAS PROPUESTAS
Aún no ha cumplido
los veinte, transita por esos años en la que empezamos a no entender nada,
mejor dicho, ese tiempo en que desaparecen las pocas seguridades que se
necesitan en la infancia y se empieza a abrir un mundo en el que no se sabe
hacia dónde dirigirse. Es una época de explosión ante lo que se descubre pero,
a la vez, de miedo ante lo que se avecina, de desconfianza en uno mismo, de
desubicaciones. Pero ella es simplemente feliz. Bebé, que así se llama nuestra
protagonista, no comprende la tristeza que aflige a tres de sus paisanos. Tres
historias que se entrecruzan y con las que el director cinematográfico cubano
Fernando Pérez Valdés trenzó los versos de película ‘La vida es silbar’. De la
mano de Bebé nos invita a pasear por La Habana y nos presenta tres tristes
tristezas. Sirva como por ejemplo la de Mariana. Esta muchacha quiere, sobre
todas las cosas, Conseguir el papel de Giselle en el ballet del mismo nombre.
Es tanto su anhelo que propone un trueque al mismo Dios: si logra el papel no
se acostará nunca con ningún hombre. Dios, obviamente, no responde (y de haber
respondido le habría dicho que no tiene especial interés en sus encuentros
carnales, que no sabe de dónde ha salido esa lúgubre idea) pero ella da el
trato por bueno y cumple con su parte. Bailar, llegar al culmen en el baile, y
a cambio soledad. Triunfar en el escenario aunque sea matando el deseo que su
joven cuerpo exige.
lunes, 8 de septiembre de 2014
LA CADENA ROTA
El poeta alemán Bertolt Brecht lo dejó escrito: "Hay hombres que luchan un día y son buenos. Hay otros que luchan un año y son mejores. Hay quienes luchan muchos años, y son muy buenos. Pero los hay que luchan toda la vida: esos son los imprescindibles". Con los días pasa un poco lo mismo, los hay de esos en que todo pareció ir sobre ruedas y son buenos. Pero los hay que nacen torcidos, que paulatinamente van empeorando hasta el punto de arruinar las expectativas y que, de repente, de la manera más insospechada, todo se arregla: esos son los maravillosos. Ayer fue uno de esos. En medio de la portuguesa Sierra de la Estrella, el amanecer resultaba inquietante para quien pretende recorrer parte del país vecino en bici. Amenazaba pero no llovía, había que intentarlo. Me pongo en marcha. Yendo en bicicleta, con todo revisado, se puede pensar en un pinchazo, en una avería menor, pero tras unos kilómetros, en medio de un pueblo con tres casas mal contadas, se rompe la cadena. Un domingo y en medio de ninguna parte. Pero llegó la solución de la mano de Tennessee Williams y su ‘Tranvía llamado deseo’. El dramaturgo norteamericano aseguraba, por medio del personaje de Blanche Dubois, que siempre confió en la bondad de los desconocidos.
domingo, 31 de agosto de 2014
UNA MALA PEDRADA
Aún recuerdo la cara de estupefacción de aquel
chaval cuando comprendió que había sido ‘burreado’ por aquellos que, para él,
eran poco más que unos palurdos. Lo que no consigo recordar, sin embargo, es su
nombre. Había llegado a nuestro pueblo por casualidad, estaba allí como podía haber estado en cualquier otro sitio. El chico era
amigo de Luis, uno de los de nuestra pandilla del pueblo que vivía durante el
curso en la capital, y, vaya usted a saber por qué, había decidió pasar en el
pueblo de su amigo la segunda quincena de agosto. Para él todo era extraño y
casi todo molesto. Por eso y por su actitud de niño consentido no cayó en
gracia. Los primeros días de su periplo coincidían con los de la preparación de
las fiestas, esos días en que estábamos enfrascados en el arte de convertir
cualquier vieja panera en una peña. Mientras limpiábamos los suelos o
jalbegábamos las paredes, el intruso se quejaba del olor, del calor y de lo que
fuera. Andrés se acercó a él y le dijo,
oye, en lo que terminamos acércate a la casa de Tere (la madre de su amigo) y
le dices que si nos deja la pantómetra. ¿Qué es eso? Preguntó. Ve a por ella y
ya lo verás. El chico fue y al cabo de un rato volvió con un saco bien atado a
cuestas. Cuando la dejó sobre el suelo, Andrés torció el gesto. No, esa no,
dijo. Ve de nuevo y dile a Tere que la que necesitamos es la grande. El chaval
repitió la operación y al poco regresó con el mismo saco pero esta vez más
lleno. La sonrisa de Andrés certificaba que esta pantómetra sí era la buena. Cada uno de nosotros interrumpió su labor y
fuimos formando una especie de corro en el centro. Cuando ya estábamos todos,
el propio Andrés desató el saco y desveló el secreto, allí no había más que
objetos tan pesados como inservibles mezclados con trozos de leña. La carcajada
fue general, si exceptuamos, claro está, al protagonista ahora consciente del
complot urdido en su contra. Llegar a un pueblo desde la capital tiene estas
cosas, sobre todo si el que llega se empeña en mirar por encima del hombro a
los que son de allí. En el mejor de los casos termina cargando la pantómetra o
cazando esos unicornios rurales que se llaman gamusinos y pululan por ahí. En
el peor, una pedrada rebaja la altivez.
domingo, 24 de agosto de 2014
HORMIGA A HORMIGA
Al final fue que sí, como pudo haber sido que no, y los aficionados
acudieron sin siquiera un aspaviento a esta liturgia semanal que se pone de
nuevo en marcha. Hasta que un día se cansen -nos cansemos- de tanta burla de
los que nos miran desde arriba, desde tal altura debe ser que parecemos poco
más que hileras de hormigas, unas iguales que otras, todas prescindibles y como
tal nos tratan. Y como tal actuamos, sin levantar la voz, sin decir ¡hasta aquí
llegó la riada del 63! Total, pensamos, para lo que va a servir. Los dirigentes
de nuestro fútbol son de esta ralea, para ellos el fútbol son dos columnas en
una tabla, la del debe y la del haber. Con la diferencia llenan sus carteras.
Caso de no haberla, se deja de pagar y la ruleta sigue dando vueltas. La grasa
que la hace girar, el dinero que les llega por unos medios o por otros, parte
siempre del bolsillo de las menospreciadas hormigas a las que tampoco se debe
liberar de su parte de culpa: han dejado hacer y les han hecho.
El lamento
llega siempre tarde. La última ha rozado el límite de lo esperpéntico, en una
semana nos dijeron que empezaba la competición, que dejaba de empezar y que
venga, que sí, que empezamos. Y usted, que le apetecía ver el partido, no supo
hasta casi el último día si quedarse en Pucela, irse a las fiestas de su pueblo
o sacar billete para el tren playero. A ellos poco, por decir algo, les
importa. Al final fue que sí, pero no se puede hacer como si nada hubiera sido.
Quizá, hormiga a hormiga, se pueda alzar la voz lo suficiente como para llegar
alto y recobrar el respeto que no se sabe en qué punto del camino nos
perdieron. No es incompatible mantener una pasión colectiva con un
comportamiento propio del ganado lanar. Al final fue que sí y el partido
produjo la primera alegría en forma de resultado pero eso es poco bagaje para
la ensoñación. Los futbolistas, al afrontar el primer partido de una temporada,
deben sentir un miedo similar al que sufre un escritor ante la amenazante
presencia de un folio en blanco, un pánico que no amaina aunque haya escrito
mil artículos o dos docenas de libros. Más si cabe cuando algunos acaban de
llegar a estas tierras y otros sienten que en sus piernas está el resarcir al
equipo del fracaso de la temporada anterior. Pero llamarse Real Valladolid o
tener la vitola de equipo que fue de Primera deja de tener valor en cuanto el
balón corre por el césped. Analizar lo visto tiene sentido, hacer una
proyección de lo que puede ocurrir en los próximos diez meses roza lo
temerario. Lo que no quita para que algunos detalles inflen esa bolsa de gas
que se llama ilusión. Uno de estos detalles es la incorporación a la plantilla
del portugués André Leao, un jugador que llegó de puntillas pero que impregna
de calidad a cada jugada que pasa por sus pies. Pero, junto a ese optimismo
inmanente al primer triunfo habita el principio de precaución. Lo que haya de
ser lo sabremos, mientras tanto disfrutemos de este relato que podría comenzar
a la manera de Tolstoi en Ana Karenina: “Todas las familias felices se parecen
unas a otras; pero cada familia infeliz tiene un motivo especial para sentirse
desgraciada”. Y al final...
Publicado en "El Norte de Castilla" el 24-08-2014
martes, 12 de agosto de 2014
DON SEBASTIÁN Y EL CAPITALISMO
Cuentan los que de esto saben que
en Marruecos, durante la batalla de Alcazarquivir, moría en 1578, el rey
portugués Don Sebastián. Como no dejó herederos, el trono luso acabó en manos
de Felipe II de España.
Al haber muerto en plena batalla,
en tierra extraña y lejana, casi nadie pudo ver su cadáver; un cadáver que, en
cualquier caso, tardó en aparecer o nunca apareció. El pueblo portugués, así lo
cuentan, no quiso aceptar el hecho. Esto, unido a la muy humana necesidad de
creer en algo que alentara sus esperanzas en un futuro mejor, ayudó a crear y
propagar la leyenda de que el rey no había muerto, simplemente preparaba las
condiciones para regresar, liberar a Portugal del dominio extranjero y
recuperar su trono.
A este movimiento se le denominó
sebastianismo. Este mito, que aúna ilusión pasiva y resignación activa, se
sustenta en algunos aspectos del melancólico carácter portugués. El
sebastianismo, como concepto, fue más allá de aquella época. Se podría definir
como la suma del malestar con un presente ingrato más la esperanza en que un
hecho milagroso –una resurrección de un ilustre fallecido- les guíe a la tierra
prometida.
miércoles, 23 de julio de 2014
CARTA AL SEÑOR CAROD ROVIRA
Estimado Señor Carod:
Antes de que le revele el interés que mueve a escribir
estos renglones a quien es un absoluto desconocido para usted, permítame unos
apuntes de contexto.
Le escribo desde un punto indeterminado de esta tierra que
usted denomina vagamente Madrid o Castilla, en concreto desde la submeseta
norte. Si presta un poco de atención puede ubicarnos en cualquier mapa de la
Península Ibérica: puede enclavar el remite dentro del territorio sito en ambas
márgenes del río Duero antes de que sus aguas, camino del Atlántico, baldeen la
vecina Portugal. La nomenclatura política autóctona, bien con alguna tirantez,
bien con rictus de prosopopeya, se refieren a ella como Castilla y León y a su
gobierno como Junta.
jueves, 17 de julio de 2014
DOLOR CINCELADO EN LA PIEL
Un pueblo sin tierra para una tierra sin pueblo, dictó la Jefa de Gobierno israelí Golda Meir. Una tierra sin pueblo. Les echaron y no habían existido. En Palestina se teje el futuro con el hilo de la memoria, Israel, cual Penélope nocturna, descose las costuras.
Ahí mismo, un poco al este, un pueblo lamenta su desdicha. Cada día, desde hace casi sesenta años, el ejército israelí traza una esquirla en ese mapa. La historia reciente de Palestina es una alegoría del quebranto que sólo el ser humano es capaz de infligir a sus semejantes, pero a su vez el pueblo palestino ha escrito páginas de dignidad. Es la historia reciente de un pueblo que sobrevive porque de su acervo histórico supieron extraer una enseñanza: un colectivo es más que la suma de sus individualidades. Les mintieron, expulsaron de sus casas, redujeron su territorio, esquilmaron sus tierras, arruinaron sus medios de subsistencia, sufrieron la traición de los que consideraban suyos. Muchos se fueron con la esperanza de un próximo retorno, nunca volvieron. Otros con idéntica esperanza tomaron el mismo camino del exilio, siguen esperando. Aprendieron. El resto no se irá. Saben que sería el triunfo definitivo de quienes usurparon su pasado para esquilmarles el futuro. En su reducto resisten, es la esperanza ardiendo a la que se agarran.
miércoles, 16 de julio de 2014
CINE EN LOS MÁRGENES
NUEVE PROYECCIONES AL AIRE LIBRE EN EL BARRIO DE LA VICTORIA
¿Cuándo y cómo se produjo el flechazo?
Son ya tantos los años que nadie recuerda cuál fue el primero. Sin embargo, el desconocimiento de ese dato no impedirá que hoy arranque una nueva edición del ‘Cine al aire libre’ que organiza la Asociación Vecinal “Los Comuneros” del barrio de la Victoria. La Plaza de la Solidaridad volverá a ser el rincón que dé cobijo a los amantes del cine o a quienes, sin más, encuentran en el séptimo arte la perfecta excusa para compartir un par de horas con amigos y vecinos. Serán nueve las proyecciones que se llevarán a cabo a lo largo de los meses de julio y agosto: habrá sesión todos los miércoles y, además, dos martes, el 22 y el 29 de este mes. Hoy, para abrir boca, se proyectarán diversos cortometrajes de la realizadora vallisoletana Pilar Álvarez, entre ellos los premiados ‘Bello, bello, bello’ y ‘Toma dos’. En los dos martes antes referidos podremos ver los documentales ‘Nosotros’ en el que los protagonistas son los trabajadores de SINTEL que estuvieron acampados más de medio año en el centro de Madrid y ‘Las maestras de la república’. Los más pequeños también tienen su espacio y así el 23 de julio se proyectará la película de animación ‘Zarafa’ y el 20 de agosto la premiada con el Goya 2014 a la mejor película de este género, ‘Futbolín’. El 30 de julio es el turno de ‘Pago justo’ una película que evoca los hechos reales ocurridos en 1968 en una fábrica de Ford cuando un grupo de trabajadoras se enfrentaron a la discriminación que sufrían. Los clásicos siempre actuales encuentran acomodo en este ciclo, con la película elegida para el día 6 de agosto, ‘La quimera del oro’, ‘Los comuneros’ pretenden homenajear a Charlie Chaplin en el 125 aniversario de su nacimiento; el 13 será el turno de ‘Las uvas de la ira’. El 27 de agosto se pondrá punto y final a esta edición y qué mejor guinda para este pastel que llenar de vida la pantalla con una de las iniciativas culturales más destacadas de cuantas han surgido en los últimos años en Valladolid, por la plaza desfilará una selección de los mejores cortometrajes exhibidos en la edición de este año del ‘Festival de cortos Rodinia’. Después llegará el FIN, un fin que solo será hasta el año que viene.
EL CINE ME ATRAPÓ DESPUÉS DE UNA EXPERIENCIA FASCINANTE EN LISBOA
Ella se define como una cineasta
de vocación tardía, no en vano, Pilar Álvarez (Santander 1982) recuerda que en
su casa no se veía buen cine y que ella ya era talludita cuando entró, por
primera vez, en una filmoteca. Tras haber realizado varios trabajos, sobre todo
cortometrajes y piezas de videoarte, ahora está inmersa en la realización de su
primer largo. Hoy, los cortometrajes de esta vallisoletana que dejó todo,
trabajo incluido, por el cine serán los protagonistas en la inauguración del
‘Cine al aire libre’ en el barrio de la Victoria.
¿Cuándo y cómo se produjo el flechazo?
Yo estaba estudiando Bellas Artes
en la universidad de Salamanca, poco más que dibujar sobre escayolas y pintar
bodegones. Tuve la suerte de irme a Lisboa con una beca Erasmus. Allí conocí a
un grupo de personas que me acercaron a un cine diferente del que conocía. Esa
experiencia fue fascinante, el cine me atrapó. Regresé del ‘Erasmus’, terminé
la carrera y volví a Valladolid. Empecé a hacer algunas cosas,
encontré trabajo pero quería hacer cine y necesitaba formarme.
Formarse significa salir de Valladolid.
Sí, sí. Estuve un año en Madrid y
tres en la escuela San Antonio de los Baños en Cuba. Este periodo de formación
permite poner en marcha los primeros proyectos.
¿Cuál es el camino que recorren esos primeros trabajos hasta su
exhibición?
Normalmente a través de los
festivales específicos. Aunque he de decir que este camino tiene sus pros y sus
contras. Por un lado te da la oportunidad de conocer
a gente con inquietudes similares lo que permite que no te sientas como un
bicho raro, facilita la exhibición y, en el caso de obtener algún
reconocimiento se consigue dinero para poner en marcha nuevos proyectos y
motivación para seguir. Pero por otro lado en las escuelas incitan de tal forma
a ocupar este espacio que puede convertirse en una obsesión. En cualquier caso
falta un circuito sólido, hay buenas iniciativas pero muy dispersas, Se
necesita tejido, poso, para que este tipo de cine que se sitúa en los márgenes
pueda llegar a ser exhibido.
A usted no le ha ido mal este camino.
Es cierto, el corto ‘Toma dos’ lo
presenté al festival Punto de Vista de Pamplona, que lo seleccionaran ya fue una
alegría, obtener el premio… Mi último corto, ‘Bello, bello, bello’, también
consiguió el premio IPECC en Documenta Madrid al mejor documental.
Habla de cine de los márgenes. ¿Quiénes son sus referentes?
Son muchos aunque cabe citar en
primer lugar a José Luis Guerín. Es un agitador del conocimiento. También me gusta la forma de trabajar de Elías
León Siminiani. Ambos han conseguido visibilidad haciendo un cine muy diferente
al convencional.
¿En qué proyecto está embarcada en este momento?
Estoy preparando un largometraje
a partir de los más de 6.000 vídeos que ha grabado mi hermano con su móvil. Es
una reflexión sobre esa necesidad de registrarlo todo, ese anhelo de atrapar
los momentos.
Publicado en "El Norte de Castilla" el 16-07-2014
Publicado en "El Norte de Castilla" el 16-07-2014
miércoles, 25 de junio de 2014
LA PALABRA: DE LA QUIJADA A LA BOMBA
Tras innumerables visitas a su pasado, a su propia
niñez, Ana María Matute ha regresado al momento anterior, al abismo de la nada.
Queda lo que de ella queda, pero ella ya no. Permanece lo que escribió de sus viajes
“la infancia no es una etapa de la vida: es un mundo completo, autónomo,
poético”, un mundo, el de la inocencia, que nunca se pierde completamente.
Seguirá vivo el vehículo en el que emprendía estos viajes “La palabra es la
alarma de los humanos para aproximarse unos a otros. La palabra es lo más bello
que se ha creado. La palabra es lo que nos salva”. La que nos salva, dice Ana
María, la que nos puede destruir, añadiría yo. La palabra es esencialmente lo
humano y por tanto en ella cabe el amor y el odio, la vida y la muerte, con
ella se puede caminar desde lo heroico a lo mezquino. Desde la perspectiva de
la escritora, un ser humano mirado individualmente está sometido a unos cambios
necesarios aunque nunca se levante del todo de su asiento infantil. Pero, a la
vez, visto en su globalidad, el ser
humano queda empequeñecido por una
evidencia: la incapacidad para evolucionar. Ha evolucionado la tecnología, escribió
Matute, pero el hombre sigue llorando como en la Edad Media, sigue odiando,
sufriendo y muriendo de amor como Aranmanoth. Han cambiado las formas externas.
lunes, 23 de junio de 2014
TIEMPO DE SUEÑO
jueves, 19 de junio de 2014
LA METÁFORA DE LA METÁFORA
La profesora de inglés había decidido que el libro sobre el que
trabajaríamos ese curso fuese ‘The grapes of wrath’. Un libro del que nunca
antes habíamos tenido noticias, escrito por un autor estadounidense apellidado Steinbeck.
Tenía ya veintitantos cuando volví a leer, ahora en castellano, ‘Las uvas de la
ira’, la historia de un desahucio, un engaño, un sueño y una frustración, la
historia de tantas personas, en tantos lugares del mundo, en todas las épocas
de la Historia. Muy al principio del libro podemos leer cómo le comunican a uno
de los protagonistas -Muley
Graves- que
debe abandonar su casa y la respuesta de este al hombre que llevaba la orden de
embargo: “Os tenéis que ir, yo no tengo la culpa. ¿Y de quién es la culpa?, le
pregunté yo. Porque al culpable le abro la cabeza. Es la Compañía de tierras y
ganados de Shawnee. Yo sólo cumplo órdenes, y ¿quién es esa compañía? No es
nadie, es una compañía. Para volverle a uno loco. No había nadie a por quien
pudieras ir. Mucha gente sencillamente se cansó de buscar a alguien a quien
echar la culpa y con quien descargar su furia. Pero yo no. Yo no me harto de
estar enfadado y no pienso marchar”. Bien escribe Steinbeck, “para volverle a
uno loco”. No hay culpables, nunca los hay, las compañías, las grandes
empresas, son monstruos multiformes, engendros con mil cabezas con potestad
para decidir sobre nuestras vidas. Los que dan la cara solo cumplen órdenes,
las personas de a pie no saben de qué manera defenderse, porque el ataque se
presenta como si fuera tan inexorable como las leyes de la física, una especie
de ley de la gravedad. Es el sistema.
miércoles, 18 de junio de 2014
SOLAMENTE DOS PUNTOS CARDINALES
Somos así de exagerados; el doce de octubre de 1492
Cristóbal Colón pone un pie en un punto inconcreto de las Bahamas y para mentar
el hecho decimos, así, de carrerilla, que descubrió América. Vamos, como
ordeñar una cabra en el islote de Perejil y que tus descendientes cuenten que
un antepasado suyo ya conocía África. Colón dejó, eso sí, la puerta abierta y a
través de ella fueron entrando barcos y más barcos, gentes y más gentes, que
dominaron todo el territorio y a quienes allí vivían. Pero América no era una
habitación que se ve de golpe cuando uno asoma la cabeza, no. De hecho, cuando
los españoles, ya en la América continental, fueron avanzando se encontraron
con los Andes, una pared que no dejaba ver lo que había detrás. Hernando de
Magallanes tuvo el impulso cotilla y se dijo: “Si no puedo atravesar la pared,
la rodeo yendo hacia el sur, pero no me quedo sin saber lo que hay detrás”. Se
montó en una nao que en un exceso de optimismo fue bautizada como Victoria y,
navega, navegando, allá por 1520, supo que existía un territorio al que los
lugareños llamaban algo así como Chile. Pero Magallanes había cogido el gusto
por el mar y siguió su periplo. Tres lustros más tarde, ya sabiendo que tras la
pared había un valle, los españoles intentaron apoderarse de él. Esta vez se
dejaron de barcos y entraron por el norte. El primero que lo intentó fue Diego
de Almagro, pero la cosa no le fue muy bien. Al poco, Pedro de Valdivia se puso
manos a la obra con el tacto habitual y comenzó una guerra, la de Arauco, que
terminó tres siglos más tarde. Alonso de Ercilla escribió ‘La araucana’ un
poema épico en el que quiso relatar las vicisitudes de la guerra pero, claro,
no hay poeta que trescientos años aguante, y aunque publicó tres partes, le
faltó tiempo. Desde entonces sabemos que Chile: “La gente
que produce es tan granada,/ tan soberbia, gallarda y belicosa,/ que no ha sido
por rey jamás regida/ ni a extranjero dominio sometida”. Haría bien Vicente del
Bosque en tomar nota porque pareciera que Alonso de Ercilla hubiera escrito
estos versos tras ver algún partido a la actual selección chilena. Puede que no
tenga los mejores jugadores, ni los más vistosos, pero ninguno de ellos
traiciona sus convicciones, ni desiste en el empeño. Valdivia minusvaloró la
capacidad de aquellos pueblos, pensó que le ofrecerían menos batalla que los
incas, y perdió la vida.
viernes, 13 de junio de 2014
SAN NICOLÁS O EL HOMBRE DEL SACO
Quizá no lo
recordemos, pero a última hora del día aquel en que descubrimos que los reyes
eran los padres, nos sentimos estupendamente. Antes, un rato antes, pudimos
haber gimoteado un poco pensando que, una vez descubierto el truco, nos
quedaríamos sin los regalos. Sin embargo, pasada la llantina inicial nos
rehicimos, respiramos profundamente tres o cuatro veces, elevamos el pecho y
miramos por encima del hombro a todos esos pobres niños que todavía eran niños,
que aún se dejaban engañar con ese pueril embuste sin sentido. Nosotros ya caminábamos
en otra dimensión, éramos otra cosa, conocíamos la verdad, compartíamos el
secreto y formábamos parte de los conjurados en su custodia: éramos, por fin,
mayores.
Hasta hace cuatro
años las selecciones española y holandesa creían en los reyes magos. Bueno, lo
suyo era peor, allí, en vez de creer algo tan lógico como que tres abueletes viajasen
a lomos de un camello desde las ignotas tierras de oriente hasta sus casas,
piensan que es San Nicolás, que ni es mago ni nada, el que viaja a sus casas
para llenar de regalos sus zapatos. Un santo, pobres incautos, que para más
inri viaja en barco desde su residencia habitual en España. Algo inconcebible,
porque aquí santos viven pocos y el milagro es llegar a fin de mes. Vieron a un
anciano afable sobre la cubierta de un barco y han montado la leyenda, pero el
abuelo no era San Nicolás, sino Chanquete.
jueves, 12 de junio de 2014
EL RÍO DE TODOS
El río Lempa
acaricia casi en su totalidad el territorio salvadoreño hasta besar al océano
Pacífico. El gran delta que se forma en la desembocadura es un festival de agua
que se va repartiendo en brazos que rodean una tierra firme en la que habitan
varias comunidades de indígenas. Hace cinco años estuve en una de esas islas. Para
llegar tuve que montar en una barca de madera impulsada por un motorcillo. Conmigo
viajaban un par de decenas de mujeres de estas comunidades que volvían de
vender un pescado que es la base de su economía. Obviamente, en ese lugar, el
exótico era yo y me preguntaron que de dónde era. Al responder que de España,
tras unas risas que, todo hay que decirlo, no llegué a comprender en ese
momento, una de ellas me dijo algo como que era la presidenta de la peña
femenina del Barça y señalando a otra con un fingido desdén, añadió que aquella
era la presidenta de la del Madrid. Una
vez puesto el pie en tierra, lo primero que vi en medio del manglar, fue a un
grupo de niños y niñas dando patadas a un balón. Y es que el fútbol, este reino
de la lealtad humana ejercida al aire libre en palabras del filósofo italiano
Antonio Gramsci, ha llegado por sí solo a cada rincón del planeta, lo ha hecho
enamorando a los más y no dejando indiferente a casi nadie.
jueves, 5 de junio de 2014
EL REY PEÓN
De la misma manera
que un vidente no es un señor con dos dientes aunque vaya mostrando los
paletos, el bipartidismo no es una alternancia entre dos partidos aunque dos
partidos sean los dientes visibles. El bipartidismo, como el gótico, el barroco
o el neoclásico, es un estilo de arquitectura, una manera de entender el diseño
y el desarrollo en la construcción de los edificios: las plantas más altas tienen
una fachada amable y unos muros gruesos que garantizan su uso a los que allí
viven mientras la casa se sostenga. La parte de abajo es un conglomerado de
estancias y pasillos que forman un laberinto en el que sus habitantes no
terminan de saber donde están. De esta forma, en cada conversación, estos permanecen
entretenidos sintiéndose libres para debatir de lo que quieran, e incluso
pueden fantasear con que ese corredor conduce a la parte alta de la estancia, y
se les permite mientras no caigan en la tentación de querer jugar con las cosas
de comer. No por nada personal, como dijera Michael Corleone, son solo
negocios.
jueves, 29 de mayo de 2014
PARTICIPAR PARTICIPANDO
Un voto rara vez es
el resultado de una comparación entre programas electorales, es, casi siempre,
la asociación entre una imagen y una idea, el resultado de una transmisión
empática, un juego simbólico entre el elector y la cosa elegida. Desde otro
punto de vista, un voto puede ser un deseo o un compromiso, un encargo o una
disposición. Puede ser una carta a unos reyes magos que no existen, una seña de
identidad, una intención de certificar una pertenencia, una reafirmación; pero,
también, puede ser una manera de expresar una voluntad.
Cada cual, cuando
decide a quién votar, incluso cuando decide si votar, lanza un mensaje en una
botella. Contar los mensajes es fácil, interpretarlos es harina de otro costal.
Contar se contaron el domingo y está todo dicho, los números son los que son;
interpretaciones, sin embargo, se hicieron después casi tantas como bocas se
abrieron, aunque buena parte de ellas tengan dos elementos como denominador
común: existe un amplio sector de la sociedad que anhela un cambio profundo y que
exige una mayor participación.
jueves, 22 de mayo de 2014
¿QUIÉN QUIERE QUE SE SALVE?
Hace poco más de
tres semanas a Miguel Arias Cañete le sacaron un billete para Bruselas que
tenía que tomar sí o sí, dejando de esta manera libre su asiento en el
Ministerio de Agricultura. Inmediatamente después conocimos el nombre de quien
iba a ocupar la silla vacante, Isabel García Tejerina. Supimos al instante que
la nueva ministra era vallisoletana y por estos lares se le dio máxima
relevancia a este dato del DNI. Siempre hemos dado excesiva importancia al paisanaje
en la arena política, se asume de forma natural que un alto cargo privilegie a
los de su terruño, debe ser un vestigio de una mentalidad caciquil tatuada a
fuego a lo largo de muchas generaciones.
lunes, 19 de mayo de 2014
YO, TARZÁN; TÚ, JANE
Los ingredientes eran escasos: unos pocos verbos sin conjugar, un puñadito de sustantivos y algún pronombre. Suficiente material para que Tarzán pudiera comunicarse con los humanos, amén de arrancar las sonrisas de varias generaciones de niños. Ese uso primario del lenguaje puede servir para salir del paso, para transmitir una información básica, pero poco más. Si lo que se pretende es transmitir un sentimiento profundo, una información compleja o aportar matices sobre cualquier tema, necesitamos el cemento con el que amalgamar las palabras para construir oraciones. Ese ungüento se forma, en buena medida, con las preposiciones, esas palabras modestas, sin apenas valor cuando las tomamos fuera de su contexto. Busco en el diccionario la definición precisa (palabra invariable que introduce otros elementos de la oración) y pienso que el Valladolid de esta temporada ha sido un equipo sin preposiciones, un equipo cuyo juego colectivo no ha pasado del ‘Yo, Tarzán; tú, Jane’.
jueves, 15 de mayo de 2014
EL HUESO Y EL CALDO
Muchas de las
películas de John Ford entran dentro de la categoría de westerns, pero si hay
algo que las ha convertido en obras de arte imperecederas es que el viejo Oeste
no era más que un decorado, una excusa para acercarse a lo que de verdad le
importaba: el ser humano expuesto a situaciones límite en un medio hostil. ‘El
hombre que mató a Liberty Valance’, por ejemplo, bien pudo haber sido ideada
como una película de romanos o ‘La diligencia’ como una road movie ambientada en
los años cuarenta, esencialmente hubieran sido las mismas. Los valientes se hubieran
seguido comportando como valientes y los cobardes como cobardes; quien tiene el
poder hubiera utilizado las mismas estrategias y quienes no lo tienen se
habrían aferrado a las mismas emociones. Al fin y al cabo, es muy poco lo que cambia
en la historia de la humanidad salvo el decorado que va evolucionando.
lunes, 12 de mayo de 2014
UN BOTE, UN BARCO...
Sin pamplinas. La palabra esperpento suele ir asociada a Ramón María del Valle-Inclán, pero antes de que el gallego la emplease referida a su obra, la palabra ya existía. Sin ser consciente, la persona que muy antaño acuñó el término nos dotó del instrumento que define implacablemente la página que el Valladolid perpetró ayer en Sevilla. Un esperpento, una historia sin héroes arquetípicos de esos que acuden puntuales a última hora para enfrentarse al mal, un relato sin antihéroes de esos que se autorredimen acudiendo impuntualmente a tiempo a donde nadie les espera, una novela sin villanos de esos que conocen perfectamente el mal para poder llevarlo a cabo. Un esperpento, un cuento amorfo de un equipo que, teniendo el objetivo en la mano, lo ha dejado escurrir como escurre el agua del mar que se arroja en un agujero abierto en la playa.
viernes, 9 de mayo de 2014
CABALLO DE CARTÓN BAJO LAS LUCES DE NEÓN
Pues hace ilusión que te publiquen un relato, aunque sea micro...
Puedes encontrar el libro en el siguiente enlace:
jueves, 8 de mayo de 2014
SE HACE GRANERO
Las palabras
esdrújulas siempre me atrajeron por la rotundidad con la que resuena su acento,
por otra parte, siempre disfruté jugando con los dobles
sentidos de los términos por la capacidad de provocación o descubriendo
nuevas palabras inexistentes que se formaban solapando dos que sí tenían vida.
Pero este mismo juego puede servir para explicarnos mucho mejor la naturaleza
de algunas cosas. Filantrópico y antropófago son palabras hermosas por su
contundente sonoridad, la primera eleva al infinito al simple generoso de a
pie, la segunda nos traslada en un viaje en el tiempo hasta aquellos tebeos de
la infancia en los que un grupo de negros (los malos siempre son de allí) danzaban
alrededor de una enorme caldera de barro en la que se cocía a un explorador. Dos
palabras que fundidas en un crisol forman una tercera, filantropófagos, que no
aparece en ningún diccionario, pero que define a la perfección todo un mundo de
instituciones vinculadas a las grandes empresas que afirman pretender erradicar
las injusticias del orbe; sin embargo que en realidad solo buscan apuntalar un
sistema y hacer negocio en él hasta las últimas consecuencias. Un negocio que
consiste en sumar pobres y multiplicar, aunque sea por un solo euro al día. Un
grano no hace granero pero cuatro mil millones ayudan al compañero.
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