lunes, 29 de agosto de 2011

La boca que besa el fútbol



El listado de normas y recomendaciones que los frailes nos habían enviado antes del comienzo del curso no dejaba lugar a la duda, los alumnos no pueden traer al colegio aparatos de radio. Lógicamente ninguno de los nuevos lo llevaba. Al poco tiempo de estar allí los veteranos nos quitaron el miedo. «Si queréis escuchar el fútbol, venid con nosotros». Evidentemente les recordábamos la carta que nos llegó en verano. «No os preocupéis, no pasa nada». 
Los domingos por la tarde, cuando el Palencia jugaba fuera de la vieja Balastera, los más aficionados nos encerrábamos en una salita para escuchar las voces del fútbol. Estaba prohibido pero los frailes hacían la vista gorda porque, aunque incumpliéramos la letra, acatábamos el espíritu de la norma.