jueves, 6 de diciembre de 2018

LAS CÓMODAS BURBUJAS

A veces me da por pensar que lo que políticamente se denominó la izquierda empezó a irse al garete en el mismo momento en que se inauguró el primer bar en que se organizaban charlas, se colgaban exposiciones o se representaban profundas dramaturgias. A partir de ahí, el asunto cuajó en moda. Las intenciones iniciales -creación de espacios en los que personas con una visión semejante del mundo pudiera encontrarse, debatir y proponer- no parecían desenfocadas,  incluso se puede decir que cumplieron su cometido, que fueron eficaces. Pero el tiempo, que degenera todo lo que no es capaz de reinventarse, provocó un efecto ‘capilla’, convirtió estos espacios en motores de autoafirmación, en turbinas que retroalimentan...